Kevin Love jugó finalmente. Los médicos le dieron el alta y siguiendo los protocolos de la NBA con respecto a las conmociones cerebrales el jugador volvió al juego. Eso sí, lo hizo como suplente. Una experiencia extraña para él, ya que no había sido suplente desde 2010.
La última vez que Love afrontó un partido como suplente jugaba en Minnesota Timberwolves. Era su segunda campaña con el equipo. Desde entonces, no se bajó de la titularidad.
Antes del partido ante Warriors, a Love se le vio ejecutando entrenamientos específicos en compañía del técnico y exjugador de la NBA James Posey.
Ya en el juego, Love saltó a la cancha en el primer cuarto, arrancó bien, pero fue perdiendo fuelle, siendo olvidado por su técnico, Tyronn Lue, en la parte decisiva del encuentro. Acabó con 11 puntos y 5 rebotes tras disputar 25 minutos, siendo el mejor de la segunda unidad de su equipo.
El jugador se había perdido la segunda parte, casi en su totalidad, del segundo partido y el tercer juego al completo por culpa de la conmoción cerebral que sufrió en el segundo envite.