Los Lakers lo han reconocido: "Será algo sin precedentes". Hablamos del adiós de Kobe Bryant. Porque esta noche la NBA y el baloncesto mundial vivirán un hito muy especial, la despedida de un dios de las pistas, de una leyenda viva del deporte.
Todo está preparado para el Lakers-Jazz de esta noche. Los Jazz se juegan la temporada. Luchan por el último puesto de playoffs del Oeste con Houston Rockets. Pero nadie se acuerda de ellos. Todo el protagonismo recae en la Mamba Negra. Kobe acapara todo el foco. No tiene rival.
A sus 37 años toca decir adiós a una carrera plagada de éxitos. Lo hará rodeado de hasta 30 exjugadores de Lakers que le acompañarán en su noche. Una noche rodeada de excesos. El precio medio de la entrada se sitúa en 971 dólares, un aficionado ha pagado 27.500 dólares por ver el partido a pie de pista... Poco importa que estos Lakers sean los peores de la historia de la franquicia.
Del espectáculo, que se espera increíble, ha trascendido poco. Se sabe que el bajista de Red Hot Chili Peppers, Flea, tocará el himno nacional de Estados Unidos y que el espectáculo será una mezcla entre un zoológico y un circo. El Staples Center se vestirá de gala.
Zapatillas especiales
Nike ha diseñado unas zapatillas especiales para Kobe. Será espectacular ver unas zapas en las que estarán reflejados con números todos los grandes hitos de la carrera del jugador.
Espectáculo, parafernalia, emoción, nostalgia... serán palabras que acompañarán a Bryant en su adiós tras permanecer 2 décadas en la elite del baloncesto.
Kobe jugará su partido número 1.346 en temporada regular. Su trayectoria habla de un mito.
Desde 1996 ha anotado 33.583 puntos en fase regular, la tercera mejor marca de todos los tiempos. Jugó 7 Finales y ganó 5. Fue 18 veces All-Star y en 4 ocasiones fue elegido MVP del Partido de las Estrellas. Fue nombrado MVP de la liga una vez y de las Finales 2. En 2 ocasiones acabó como máximo anotador, 11 veces integró el Mejor Equipo de la temporada... las cifras no acaban nunca.
Pero más allá de todo, Kobe Bryant ha sido un icono del baloncesto, un icono del deporte durante 20 años. Hoy, ese icono se va. Y todo el mundo está pendiente de su despedida.