Golden State Warriors se ha proclamado campeón de la NBA 40 años después de obtener su último título. El equipo californiano ha ganado 97-105 en Cleveland y se ha impuesto en las Finales por 4-2 tras terminar la temporada regular con 67 victorias.
Nada pudo hacer LeBron James pese a hacer otro brutal partido con números tremendos: 32 puntos, 18 rebotes y 9 asistencias.
Stephen Curry (25 puntos y 8 asistencias), Andre Iguodala (25 tantos y otro gran partido defensivo) y Draymond Green, con un triple-doble (16 tantos, 11 rebotes y 10 asistencias) han liderado a los campeones, con Shaun Livingston y Festus Ezeli aportando desde la segunda unidad.
Andre Iguodala ha sido nombrado MVP de las Finales tras hacer un gran trabajo en ataque y en defensa.
Cleveland 97 Golden State 105 (2-4)
Los Warriors no desaprovecharon su primer match ball y dominaron el encuentro, con mayor o menor claridad, de principio a fin hasta ganarlo a pesar del tirón final de los Cavaliers a la desesperada, un esfuerzo final que llegó a rebajar una diferencia en contra de 15 puntos hasta los 4 tantos (97-101) en el minuto final merced a un triple imposible de J.R. Smith.
Esta vez, David Blatt no claudicó haciendo desaparecer del partido a Timofey Mozgov (17 puntos, 12 rebotes y 4 tapones) y percutió con el ruso y con Tristan Thompson (15 tantos y 13 rebotes) en el interior de la zona, pero no fue suficiente. Como no lo fue la aparición ya tardía de J.R. Smith, que terminó con 19 puntos. Porque otra vez LeBron James cargó con demasiado peso a sus espaldas.
Mientras, Golden State repartió más los pesos del partido y en ese reparto tres hombres fueron esenciales: Andre Iguodala (25 puntos y una gran labor defensiva), Stephen Curry (25 tantos, 8 asistencias y una gran inteligencia en la construcción del juego) y Draymond Green, que firmó un triple-doble con 16 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias, pero que a la vez defendió y aportó físico y pasión.
Los californianos tuvieron como mejores hombres de segunda línea a Shaun Livingston y Festus Ezeli, que rindieron muy bien en momentos importantes de la segunda parte, y se permitieron el lujo de ganar unas Finales con Andrew Bogut y Marreese Speights sin saltar a la pista y con David Lee jugando un minuto. Hasta ese grado llegó el small-ball de Steve Kerr, entrenador novato que supo cambiar a tiempo en las series para hacer historia.
Los ganadores ya avisaron en el primer cuarto, un cuarto que empezó tímido, al ritmo más lento de los Cavs y con anotación ofrecida con cuentagotas. Pero al final del cuarto, la defensa de Warriors, esencial en todas las Finales por su grandeza, llevó el marcador a un 15-28 con Curry e Iguodala al frente en la ofensiva y las bases del partido sentadas: el rebote era local, las pérdidas de balón también y el triple era visitante. También era de Golden State el reparto del juego. ¡Entre Curry, Iguodala y Green llevaban 10 asistencias por las 2 que sumaba todo el equipo local!.
El segundo acto supuso un inicio de Cavaliers más alentador. Mozgov le puso un taponazo a Iggy, el ataque visitante se atascó ante el mayor compromiso defensivo local y algunos jugadores importantes como Iman Shumpert y, sobre todo, Klay Thompson, horroroso parido el suyo (5 puntos tras ser eliminado en 25 minutos) y Andre Iguodala se cargaban de faltas. Al descanso, 43-45 tras anotar los Warriors solo un 27% de sus tiros de campo en el segundo cuarto.
Resultó muy importante la reanudación. Lo fue porque Cleveland se puso por fin por delante. Canastas de Mozgov y Thompson pusieron a los de Ohio con un favorable 47-45, pero entonces reaccionaron los Warriors con un 0-8. A partir de ahí, el partido se quedó definitivamente en manos de los de la Bahía de San Francisco. El parcial se amplió primero a un 4-16 para adquirir 10 puntos de ventaja y esa diferencia llegó a agrandarse hasta los 15 puntos (58-73).
La defensa de Kerr y los suyos funcionaba como un reloj. Poco importaba que J.R. Smith hubiera metido su primera canasta en juego tras 32 minutos de partido. Festus Ezeli se marcaba un tremendo matazo con tiro adicional, Warriors controlaba la pista y el marcador y era capaz de llegar al final del tercer cuarto con un 61-73 pese a que entre Curry y Klay Thompson sumaban solo 14 puntos con un 6 de 17 en el tiro.
El último cuarto fue la prueba definitiva. Nuevo ejercicio de control visitante y lucha impotente de Cavaliers poniendo toda la carne en el asador y recuperando la anotación perdida durante las Finales de J.R. Smith.
A 1:50 del final, tiempo muerto con 85-98 para Golden State con carita de James que revelaba ya el desenlace y con la familia Curry celebrándolo en la grada. Aún así, Cleveland tuvo un gesto de orgullo no rindiéndose hasta casi el final, momento en el que LeBron, con segundos aún por jugar, se acercó a Curry y le estrechó la mano. La suerte estaba echada.