No hay todavía una confirmación oficial, pero todo sigue apuntando a que Kobe Bryant no jugará más esta temporada.
El jugador de los Lakers se someterá el miércoles a una intervención quirúrgica para reparar el daño que sufre en el hombro derecho. Lo ha dicho hoy su equipo.
"Ahora sabemos que es probable que Kobe no vaya a jugar (el resto de la temporada)", aseguraba su entrenador, Byron Scott, tras el entrenamiento de hoy con un indiscutible tono de tristeza y decepción.
De confirmarse lo que todo el mundo da por hecho -el tiempo habitual de recuperación de este tipo de operaciones es de 3 a 6 meses-, sería la tercera temporada consecutiva que el curso finalizaría prematuramente para Kobe por culpa de una lesión.
En la 2012-2013, el tendón de Aquiles le dejó sin playoffs. La 2013-2014 solo constó de 6 partidos por culpa de esa lesión y una posterior de rodilla. Y esta 2014-2015 se habría compuesto de 35 encuentros tras dañarse un hombro. Con 36 años, la recta final de la carrera deportiva de Kobe está siendo un pequeño infierno.
Parece lógico
Se daba por hecho que Bryant se operaría el hombro para intentar estar en buenas condiciones la próxima campaña. Primero, porque la lesión era de tal entidad que requería la cirugía. Segundo, porque, aunque no hubiera sido así, la presente temporada de los Lakers ya estaba tirada a la basura, por lo que carecía de sentido arriesgar lo más mínimo. Tercero, porque Kobe tiene un contratazo en vigor y el año que viene cobrará mucho dinero, por lo que los Lakers le quieren sano.
Lo cierto es que el impacto es tremendo para una franquicia que se quedó en el primer partido del año sin su novato Julius Randle y que también perdió para todo el curso a Steve Nash. Y es que los Lakers encadenan temporadas plagadas de lesiones.
Kobe, que dice obviamente adiós al All-Star de Nueva York, necesitará una larga recuperación, un tiempo que su equipo no ha precisado y que empezará a atisbarse una vez se opere el miércoles.