Si alguien dudaba de la dependencia de Miami de su gran estrella, LeBron James, hoy ha tenido un clarísimo ejemplo de ella.
La revolución en las Finales llegó cuando a 3:59 del final del partido inaugural se lesionó LeBron. Se vio pronto que era lo suficientemente seria la lesión como para no poder seguir jugando. Se le agarrotó la pierna izquierda y se quedó solo, de pie, en la línea de fondo del equipo rival sin bajar a defender.
No podía andar y fue ayudado por sus compañeros para alcanzar la banda. Quedaban 3:59 para el final y Miami perdía 94-92. De ahí al final sin LeBron, parcial de 16-3 y derrota. Y cuando restaban 1:14 y ya con 105-95 en el marcador, James enfiló cabizbajo el camino de los vestuarios.
Todo apunta a que se trata de un simple calambre fuerte que podría haber sido provocado, en parte, por las extremas condiciones en las que se jugó el partido, con un calor sofocante por la avería del aire acondicionado del pabellón durante buena parte del encuentro.
De hecho, además de los calambres, el jugador se encontraba en el momento de retirarse con problemas de hidratación.
Ahora, habrá que ver cuál es el alcance real de su lesión. De ello dependen buena parte de las Finales.