Mientras jugadores y aficionados de Miami celebraban anoche la victoria, los Spurs caminaban cabizbajos hacia el vestuario representando la otra cara de la moneda. Donde hay un vencedor, por desgracia, tiene que haber siempre un perdedor, y esta vez les ha tocado a ellos.
Jugadores y entrenador aparecieron en la rueda de prensa con las lógicas caras de desolación tras haber perdido un título que llegaron a acariciar en el sexto partido y del que también estuvieron muy cerca en el séptimo y último. Orgullosos de lo conseguido, pero decepcionados por la derrota.
“Llegar a este punto, con el equipo en esta situación, cuando cada año la gente no cuenta con nosotros, es un gran logro”, aseguraba Tim Duncan, “Estar en el séptimo partido y en el sexto uno arriba y con 2 oportunidades de haber ganado el campeonato de la NBA, es difícil de digerir”.
Hace 6 años, era Duncan quien consolaba y daba palabras de aliento a un LeBron James que acababa de perder su primera final, por aquel entonces en las filas de los Cleveland Cavaliers. Anoche, tras el partido, Dwyane Wade y el propio LeBron, abrazaban al veterano Duncan antes de marcharse hacia el vestuario tratando de reconfortarle. “Es uno de los grandes de todos los tiempos. Es un honor haber competido contra él. Sólo quería felicitarle y agradecerle el ser el competidor que es”, afirmaba Wade cuando le preguntaban por ese gesto.
No es momento de plantearse el futuro
Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili y Gregg Popovich dieron la cara en la rueda de prensa, una cara inevitablemente triste. “Estuvimos a 5 segundos de levantar el trofeo y no pudo ser”, decía Manu rememorando el doloroso final del anterior partido, “Ahora mismo es muy duro, porque todos estamos tristes y decepcionados. Estuvimos tan cerca de ganar”.
Las preguntas sobre el futuro de Duncan y Manu, los más veteranos, eran inevitables. Cuando le preguntaron al primero si seguiría la próxima temporada, se limitó a decir “tengo un contrato que así lo dice”. Manu, que ha de renovar este verano, no quiso pronunciarse. “No es el momento”, aseguró el de Bahía Blanca, “Estoy muy decepcionado, muy triste. Realmente, no puedo decir nada”.
Más áspera fue la respuesta de Parker cuando le preguntaron por el futuro del equipo, una pregunta reiterada desde que los Spurs ganaran su último título en 2007. “No me puedo creer que me preguntéis eso”, espetó el francés a los periodistas, “Lleváis 5 o 6 años diciendo que somos demasiado viejos, así que no voy a responder a eso”.
Más relajada fue la reacción de Popovich cuando le inquirieron sobre su futuro. “Me voy a comer algo”, dijo el técnico, “No voy a pensar acerca de la próxima temporada. Voy a disfrutar lo que hemos logrado esta temporada y a sentirme muy mal por la derrota al mismo tiempo. No sé cómo se logra eso, pero trataré de averiguarlo”.