JORNADA NBA / playoffs 2013 (finales este)

George y Hibbert lideran a unos Pacers que llevan a Miami al séptimo partido

LeBron James se queda solo en el ataque de Heat en otro partido para olvidar de Wade y Bosh

Indiana Pacers rompe la igualdad en el tercer cuarto y deja a Miami Heat en 77 puntos

hispanosnba.com |

Paul George fue el máximo anotador local con 28 puntos
Paul George fue el máximo anotador local con 28 puntos (MCT/Zuma Press/Icon SMI)

Indiana no se rinde. El equipo de Frank Vogel tiró de su mejor manual de defensa y del esplendor ofensivo de Paul George y Roy Hibbert para doblegar a Miami en el sexto partido tras un sobresaliente tercer cuarto. LeBron James estuvo demasiado solo.

Abandonado a su suerte el pobre LeBron. Con Dwyane Wade y Chris Bosh haciendo otra vez un partido horrible. Con Udonis Haslem bajando el pistón y Chris Andersen sancionado. Heat fue poco, tan poco como los 77 puntos que anotó el equipo de Erik Spoelstra.

En Pacers, además de George y Hibbert, excelente cuarto final de un David West que remontó el vuelo anotador pese a jugar enfermo y con fiebre.

Merecido triunfo de los locales, que dominaron el rebote y se impusieron con comodidad al final para forzar el séptimo partido en unas bellas Finales del Este. Los vigentes campeones andan apurados.

Indiana 91 Miami 77 (3-3)

Habrá séptimo partido. Las Finales de la Conferencia Este se dirimirán el próximo lunes en Miami. Allí, el vigente campeón será favorito, sin duda, para el triunfo, pero cuidado… porque estos Pacers no se rinden. Tremenda la serie de Indiana ante Miami.

Este sexto encuentro fue un calco del quinto pero en sentido inverso. Donde Miami hizo daño en el quinto, Indiana lo hizo en el sexto. El momento de decisión fue el mismo: el tercer cuarto. Pero mientras que en el partido anterior un parcial de 30-13 en el tercer acto le dio el triunfo a Heat, en éste, un parcial de 29-15 en el tercero le dio la victoria a unos Pacers que cada día que pasa son mejor equipo.

Hasta llegar ese tercer cuarto, el partido se había movido en unos términos de igualdad exagerados y con escaso ritmo anotador, estrangulados los ataques por las buenas configuraciones defensivas de ambos equipos.

Se había llegado al descanso con un 39-40 a favor de Miami pese a que Bosh y Wade habían vuelto a ser un horror. Sumaban en el intermedio 4 puntos y un 1 de 10 en el tiro. Y lo peor para Miami es que no mejoraron mucho tras la reanudación, sobre todo un Bosh absolutamente impúdico, ofreciendo una imagen ramplona, acomodaticia y sin horizonte.

Llegado el descanso, a LeBron James sólo le secundaba un Norris Cole que metió 9 puntos en los 2 primeros cuartos y el trabajo reboteador de un Joel Anthony que había capturado 8 rebotes para sorpresa de propios y extraños. Haslem llevaba 0 puntos.

Así que todo marchaba relativamente bien para Miami, que con tan pocos mimbres estaba en el partido y ganaba por uno gracias a su defensa y a su fantástico día desde el triple: 7 de 9 en los primeros 24 minutos.

Indiana, por el contrario, tuvo en la primera parte a una formidable pareja integrada por Paul George y Roy Hibbert, un dúo que, afortunadamente para los Pacers, no se desintegró en el segundo tiempo, sino que, muy al contrario, siguió ofreciendo un gran rendimiento. El problema en el intermedio para los locales se llamaba suplencia (3 puntos de su segunda unidad por 16 de los suplentes de Miami) y un David West enfermo que acumulaba un 0 de 7 en el tiro.

Pero todo esto fue agua pasada en cuanto empezó el tercer y definitivo cuarto. Porque fue reanudarse el partido y cambiar el panorama radicalmente. Miami salió empanado en ataque, Indiana apretó aún más sus tuercas defensivas, el público del Bankers Life Fieldhouse creció en decibelios y los Pacers rompieron el partido.

Lo hicieron con un parcial de 14-2 en 6 minutos de juego, 180 segundos, uno arriba o uno abajo, que dieron para que Hibbert abusara de Anthony, Dwyane Wade y Mario Chalmers erraran sendas bandejas en 2 jugadas consecutivas, LeBron hicieron un flopping de libro en una falta ofensiva que le pitaron a George y la grada gritara con más fuerza que nunca: “Heat are floppers!”. Lo cierto es que jugados 6 minutos, Miami acumulaba un 1 de 11 en el tiro y el marcador había pasado de un 39-40 a un 53-42. Todo había cambiado. Y más que iba a cambiar.

Porque esos 11 puntos no fueron el máximo alejamiento de Indiana en el marcador. Con ese 53-42, Wade resucitó por un momento para clavar un triple que lejos de aplacar a Indiana consiguió el efecto contrario. Se desató Paul George, anotó 7 puntos consecutivos y llevó a los suyos a un +15 que poco después se ampliaría a un +17, máxima ventaja local del partido, cuando D.J. Augustin anotaba su única canasta del encuentro entrados en el último minuto del tercer cuarto.

Ese 66-49 marcaba el peor momento de Miami, que andaba entonces con un parcial encajado de 27-9 nada menos. Un baño, vamos. Hibbert y George le estaban haciendo un roto a los de Florida y la defensa local vivía rozando la perfección. Los de Vogel se pusieron por segunda vez con 17 de ventaja (68-51) al filo del descanso y fue entonces cuando surgió una pequeña duda en todos debido al horrible final de cuarto de Indiana.

Ese horrible final se resumió en 4 tiros libres anotados por James en los 2 segundos finales, los últimos metidos casi sobre la bocina tras sacar de fondo David West y perder el balón en el pase porque todos sus compañeros se fueron corriendo olvidando que alguien tenía que recibir el saque. Un horror. Al final del cuarto, 68-55 y Miami soñando con remontar.  Para entonces, George y West ya llevaban 22 tantos cada uno y LeBron, con 20, ejercía de verso libre en su equipo, un equipo sin poesía alguna.

Llegado el último período, se esperaba una reacción visitante y que, tal vez, a Indiana le pudiera la presión de ganar, el vértigo del éxito, de la llegada a un territorio desconocido que nunca había explorado y que ni siquiera había soñado explorar. Pero lo cierto es que no hubo nada de eso. Ni de lo primero, ni de lo segundo. Aunque en un principio sí que se atisbara un conato de importante remontada de los visitantes.

Lo más que hizo Miami Heat, que ya fue bastante, es recortar esos 17 puntos de desventaja que acumulaba al filo del final del tercer cuarto a solo 4. Ahí, tembló el equipo local y tembló la grada. La reacción vino como consecuencia de que Indiana estuvo 3 minutos sin anotar, Mike Miller metió 2 triples consecutivos y la cosa pareció cambiar de aires. Canasta de James y 72-68 en el marcador.

Fue en ese preciso momento cuando Paul George mostró al mundo que es un jugadorazo que ha venido para quedarse, que es un proyecto más que avanzado de estrella, que es ya un jugador sólido, un seguro de vida. Esa demostración vino con un triple anotado en el peor momento de su equipo, un triple que puso el 75-68. Jamás Miami volvió a ponerse a 4 puntos del rival. Ese triple marcó el final de los Heat.

A partir de ese tiro, Indiana se vino arriba. David West siguió mejorando hasta ser crucial en la recta final del choque y LeBron terminó recibiendo una técnica al protestar corriendo como si fuera Usain Bolt una falta ofensiva más que dudosa que le pitaron cuando fue al cuerpo a cuerpo en el aire con Roy Hibbert. Alonzo Mourning, en la banda, se echaba las manos a la cabeza.

Tras la técnica a LeBron, el partido empezó a tener un dueño más que definido. Indiana se volvió a ir en el luminoso y esta vez de forma definitiva. Otro triple de George terminó por matar el partido al dar a los locales una renta de 15 puntos (88-73). Miami andaba de nuevo descarriado, sin rumbo. Y ya no era preciso que lo recuperara.

Ambos entrenadores terminaron quitando a sus titulares. Los rostros de James, Wade y Bosh en el banquillo eran un poema. Miami empataba su peor anotación de la temporada (el otro 77 también fue ante Indiana allá por enero) y acababa el partido con un 36% en el tiro y con James como llanero solitario en ataque con 29 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. Wade y Bosh acababan con 15 tantos y una serie de 4 de 19, Haslem se iba en blanco, Shane Battier jugaba sólo 4 minutos y Norris Cole se apagaba por completo en la segunda mitad.

Indiana dominó el rebote de forma sensacional (53 capturas por 33 de Miami), defendió a lo grande, lanzó bien a canasta y sobrevivió a sus 21 pérdidas. Espléndidos George (28 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias) y Hibbert (24 tantos, 11 rebotes y defensa de nivel). George Hill sumó 16 tantos y 6 asistencias y West, 11 y 14 rebotes. Todo para que los Pacers sigan vivos y los Spurs sigan esperando rival.