Una gran defensa y la poderosa ofensiva de James y Wade. Elementos suficientes para que Miami ganara con facilidad a Boston en el primer partido de las Finales del Este olvidándose de que no cuenta con juego interior alguno. El partido se decidió en el final del tercer cuarto e inicio del último.
Una vez más, la concatenación del tercer y cuarto período supuso la ruptura de un encuentro en estos playoffs. Fueron 7 minutos con un parcial de 16-3 que dejaron a Miami con 17 puntos de ventaja en el marcador, la máxima del partido. A partir de ahí, todo fue sencillo.
LeBron James dominó el choque con 32 puntos y 13 rebotes, Dwyane Wade añadió 22 y Shane Battier firmó un doble doble raspado.
En Boston, sólo se salvaron Garnett y Rondo. Bass anduvo discreto y el dúo Allen-Pierce protagonizó una noche desgraciada y errática. Por fallar, ¡Ray Allen erró 4 de sus 7 tiros libres!. Algo prácticamente inédito, que parece ser que sólo le ha ocurrido 3 veces en los casi 1.300 partidos que ha disputado en la NBA.
Miami 93 Boston 79 (1-0)
La primera parte fue algo loca. Y es que el partido llegó al descanso con gran equilibrio a partir de un gran desequilibrio. Ese vaivén vino de la mano de unos Celtics que se quedaron en 11 puntos en el primer cuarto, cuarto en el que LeBron James en solitario anotó más (13 tantos) que todo Boston, y emergieron en el segundo cuarto para endosarle 35 puntos a Miami y remontar en los últimos minutos del segundo cuarto.
Sin embargo, las mejores prestaciones defensivas de Miami estaban por llegar. Lo hicieron en la segunda parte (47-33), dos cuartos en los que Boston no supo leer la defensa local y quedó atascado por completo anotando menos puntos en 24 puntos que los que había anotado en el segundo acto.
Miami volvió a hacerse fuerte en el AmericanAirlines Arena olvidándose de que sin Bosh su juego interior es puro teatro. Los de Spoelstra acumularon en la temporada regular una gran solidez como locales (28-5) y esa solidez está siendo básica para seguir adelante en unos extraños playoffs en el Este.
Boston aguantó el marcador, aunque simpre fue a remolque. Lo aguantó hasta la recta final del tercer cuarto. Pierce acababa de meter una canasta para acortar distancias (62-58), pero a partir de ahí se desató el verdadero desenlace del partido. En los siguientes 3 minutos, hubo un parcial de 10-1 y en los 7 minutos encadenados entre ese final del tercer cuarto y el inicio del último, los Heat endosaron un 16-3 a su rival bajo el mando de James y Wade para situarse 78-61, máxima diferencia del partido. Quedaban algo menos de 10 minutos para el final.
De esos 16 puntos, 8 llevaron la firma de James y 6 la de Wade, los mejores de Miami. Pero lo verdaderamente importante fue cómo apretó la defensa de los de Florida, que dejó en 3 puntos a Boston en 7 minutos con jugadas espectaculares en la retaguardia. Cabe citar en esos minutos, el taponazo que le puso James a Rondo o el robo hecho casi a media pista por Battier en un fantástico dos contra uno defensivo sobre el hombre de balón. En esos minutos decisivos, Miami defendió mucho y Boston no encontró soluciones en ataque.
De ahí al final, no hubo emoción. Miami controló muy bien el partido y Wade aprovechó esos últimos minutos para brindarnos algunas jugadas espectaculares ante unos Celtics que sólo amenazaron a los Heat en el segundo cuarto y que acumularon una buena cantidad de técnicas durante el partido, víctimas de un arbitraje algo desequilibrado, pero que no influyó en el marcador.
James (32 puntos, 13 rebotes y 3 tapones) y Wade (22 tantos, 7 asistencias y 2 tapones) volvieron a tener la llave del triunfo. Ambos estuvieron otra vez por encima del 50% en el tiro de campo. Les acompañó Battier (10 puntos, 10 rebotes y 2 tapones), Chalmers en momentos puntuales, a pesar de su 0 de 6 en el triple, y Mike Miller. Sin Bosh, y con Pittman cumpliendo aún sanción, los Heat ganaron nuevamente sin tener juego interior: 9 puntos sumaron todos sus hombres altos.
Eso sí, una de las claves del partido fue el dominio en el rebote y la mayor capacidad intimidatoria de Miami, que capturó 48 rebotes por 33 del rival y puso 11 tapones por 1 de Boston. Con ese dominio y el 50% de efectividad en el tiro por un 39 de Celtics, poco importó que Miami errara 20 triples a la hora de ganar el partido.
En Boston, que estuvo mal en los libres, brillaron Kevin Garnett (23 puntos y 10 rebotes) y Rajon Rondo (16 tantos, 9 rebotes y 7 asistencias), un jugador que ha conseguido que hacer 7 asistencias pueda parecer una cifra ridícula.
Sin embargo, los de Rivers sufrieron el discreto partido de Bass, la nula aportación de su suplencia, en la que sólo funcionó Stiemsma, y el horrible desempeño ofensivo de Paul Pierce y Ray Allen, que sumaron entre ambos una serie de 6 de 25 en el tiro.
Al final, victoria de Miami y la estadística de Spoelstra que sigue impoluta. Las 6 series de playoff que el entrenador ha comenzado jugando el primer partido en casa se han saldado con 6 victorias iniciales en el AmericanAirlines Arena.