ANÁLISIS

TOP 20 NBA (media temporada): Jugadores que están brillando

Lo más resaltable de la competición en lo que va de campaña

hispanosnba.com |

Como ya hiciéramos el año pasado, llegada la media temporada toca balance. En este caso, individual. Repasamos el Top 20 positivo que hemos seleccionado. Se trata de jugadores que hasta la fecha están haciendo una muy brillante temporada.

No quiere decir que sean los mejores. No tienen por qué ser grandes estrellas. Son jugadores 'on fire', jugadores que aportan mucho a sus equipos, jugadores que han tenido hasta el momento un recorrido regular y que han sido respetados por las lesiones. Como toda lista, obviamente, es opinable. Lo sabemos.

Esta fue la lista de 20 jugadores en forma a media temporada en la pasada campaña. Y como hicimos entonces, también ofreceremos un Top 20 configurado por las grandes decepciones a medio curso.

El orden de la lista no es de mejor a peor. Simplemente están ordenados por orden alfabético según sus apellidos. Con respecto a la lista del pasado año repiten 5 jugadores: LeBron James, Blake Griffin, Kevin Durant, Kevin Love y DeMarcus Cousins. Y se da una notable circunstancia. Un jugador que el curso pasado se situó en el Top 20 de las decepciones entra esta vez en la lista contraria, la de los jugadores más brillantes. Es James Harden.

RYAN ANDERSON (Orlando Magic) (16,1 pts, 7,3 reb y 43,4% t3). El equilibrio dentro-fuera de los Magic ha mejorado con la irrupción de Ryan Anderson, un jugador en el que los Magic han encontrado al Rashard Lewis que perdieron y que ya parece perdido para siempre. Anderson está haciendo una fantástica temporada convertido en un rifle de precisión desde el triple. No se esconde en los momentos decisivos y sus compañeros confían en él. No es fácil encontrar un 2,08 tirador. Y sólo tiene 23 años. Ha tenido 12 partidos de 20 o más puntos. Su récord pesonal esta temporada: 30. A los Sixers les metió 7 triples y sólo se ha quedado 2 veces sin meter desde más allá del arco. La mejora de su juego respecto a la pasada temporada es fantástica.

ANDREW BYNUM (Los Angeles Lakers) (16,3 pts, 12,8 reb, 2 tp y 54,4% tc). Se perdió los primeros 5 partidos de la temporada al tener que cumplir sanción por su empujón indecoroso a Barea en los pasados playoffs, pero desde que debutó en la temporada ha dado un paso adelante importante, aunque a veces el protagonismo excesivo de Kobe Bryant le esté impidiendo dar dos pasos en vez de uno. Su poderío en la zona se ha acrecentado y sus movimientos en el poste tienen el sello clásico tras un largo entrenamiento con Jabbar. 21 dobles dobles y 2 dobles 20 le contemplan. Tiene que mejorar su nivel defensivo. Los Lakers ya le colocan, teóricamente, como su segunda opción de ataque por delante de Gasol. Tiene 24 años. Sin embargo, existe un pero: su rodilla. Siempre está entre algodones. Por ahora, no se ha roto. 

DEMARCUS COUSINS (Sacramento Kings) (16,4 pts, 11,3 reb y 1,2 tp). Otro jugador joven, muy joven. Sólo 21. Estamos ante un potencial dominador de la zona en los próximos años siempre que su cabeza se lo permita. Desde luego, su físico y sus condiciones técnicas son incuestionables. Es cierto que está en un equipo condenado al desastre, pero como le ocurriera el año pasado está completando una primera parte de temporada excelente. Ahora, habrá que ver si aguanta el nivel. El año pasado no lo hizo. Cousins era un diamante en bruto y ya empieza a estar pulido, pero aún le falta. Tiene que mejorar su porcentaje de tiro (un 43,6% para un hombre alto no es suficiente) y también su actitud mental, aunque parece ir mejorando este aspecto. Le hizo 28 puntos y 19 rebotes a los Hornets, 28 y 17 a Chicago y un doble 20 (21 y 20) a los Warriors.

LUOL DENG (Chicago Bulls) (15,9 pts, 6,9 reb, 3,3 as y 40,6% t3). Lejos de sus estadísticas, Luol Deng es Luol Deng. Un jugador más allá de sus números. Para empezar, hay que decir que sus números son fantásticos teniendo en cuenta que juega en uno de los mejores equipos de la liga. Pero es que el ejército de intangibles que maneja este alero de 26 años es fenomenal. Tiene físico, tiene técnica, tiene templanza. Defiende, ataca. Y le da a los Bulls el equilibrio perfecto. Por eso, merecidamente, hace unos días ha estrenado su condición de All-Star. Ha funcionado cuando Rose ha faltado. El 9 de los Chicago nunca tuvo una actuación descollante en anotación (su tope son 23 puntos), pero su regularidad ha sido pasmosa. Thibodeau le adora.

KEVIN DURANT (Oklahoma City Thunder) (27,9 pts, 8,1 reb, 3,4 as, 1,4 rec y 51,3% tc). Qué decir de Kevin Durant que no se haya dicho. Reciente MVP del All-Star. Elegante, preciso, crucial. Cuando la belleza del juego confluye con la productividad todo funciona. Por eso, el líder de los Thunder lidera sin alzar la voz. Es un líder sereno, algo poco habitual en la NBA. Su mecánica de tiro, su uno contra uno, su inteligencia en la cancha... sabe hacer de todo y lo hace sin estridencias. Capaz de meterle 51 puntos a Denver (mejor marca de la NBA en la temporada) o de vivir en la treintena 10 veces. Segundo anotador de la liga, tercero en eficiencia. Forma un duó imparable con Russell Westbrook en el que pone la materia gris. Y sólo tiene 23 años. El futuro es suyo.

MARC GASOL Y RUDY GAY (Memphis Grizzlies) (15 pts, 10,1reb, 2,2 tp y 3,1as) - (18,9 pts, 6,6 reb, 1,6 rec y 39,4 t3). Ausente Zach Randolph, Marc Gasol y Rudy Gay han tirado de los Grizzlies con la inestimable ayuda de Mike Conley y Tony Allen. Lo han hecho sin egoísmos, con templanza, amoldándose a cada circunstancia sobrevenida. Esa forma de proceder no ha sorprendido en Gasol. Su IQ siempre fue muy alto. Pero sí ha asombrado en Gay. El salto cualitativo del alero en su juego está siendo espectacular. No es una cuestión de números, se ve simplemente viéndole jugar. Parece que Lionel Hollins puede obrar con él un segundo milagro. El primero ya lo obró con Zach Randolph la pasada temporada. Marc Gasol es el único jugador hispano en esta lista y el único que ha sido All-Star en Orlando. Se estrenó en estas lides el pasado domingo.

MARCIN GORTAT (Phoenix Suns) (15,9 pts, 10,4reb, 1,6 tp y 56,1% tc). ¡Cuidado con el polaco!. Tiene 28 años y ha alcanzado la madurez. Su evolución está resultando espectacular. Tener minutos y verse al lado del inigualable Steve Nash le está viniendo muy bien. Pero no nos equivoquemos, aunque Nash sea parte de su éxito, el pívot de los Suns ha hecho buenos partidos cuando el canadiense no ha estado presente. Estamos hablando de un jugador que hace dos años promediaba 3,6 puntos y 4,2 rebotes. Y su margen de mejora no se detiene. Antes del All-Star seguía a toda máquina. En los 4 partidos anteriores a la fiesta de Orlando no bajó de 20 puntos. Gortat es el mejor jugador de la NBA en porcentaje de tiro de campo.

JAMES HARDEN (Oklahoma City Thunder) (16,8 pts, 4,1 reb y 3,6 as). Al ex de Arizona State se le puede aplicar una relación directamente proporcional: según crece su barba, crece su juego. Candidato para ser nombrado Mejor Sexto Hombre de la liga. No es para menos. Mete casi 17 puntos saliendo en la segunda unidad en uno de los mejores equipos de la NBA. Eso sí, dispone de 31 minutos por partido. Su intensidad y concentración es máxima. El socio de Durant está aportando todo aquello que no aportó en la primera parte de la pasada temporada, en la que estuvo decepcionante. Este Harden es otro. Se come el mundo en los dos lados de la cancha. En sus 13 últimas actuaciones no ha bajado de 10 puntos. Y es un chaval. Sólo tiene 21 años. Los Thunder gozan de muy buena salud.

DWIGHT HOWARD (Orlando Magic) (20,1 pts, 15,3 reb, 2,2 tp, 1,5 rec y 55,4% tc). La sola posibilidad de que pudiera salir de Orlando tiene revolucionada a media liga. Es cierto que podría aprender a tirar los tiros libres y que podría ampliar su gama de movimientos en el poste, pero nadie puede dudar de que estamos ante un jugador de los que hace crujir al rival, de un jugador crucial. Su poderío físico no tiene parangón en la pintura. Es ágil, rápido y su instinto reboteador, incuestionable (es el máximo reboteador de la liga). Como defensor es excelente. En lo que va de temporada ha tenido, eso sí, algunas lagunas. Partidos en los que se le ha visto con la cabeza en otro sitio. Pero su cuerpo ha ofrecido grandes exhibiciones. Sus 45 puntos con 23 rebotes y 39 intentos libres ante Golden State no pueden dejar a nadie indiferente. Este portento de la naturaleza ha hecho 8 veces 20 o más rebotes. Además, hizo dos dobles 20 consecutivos ante Spurs y Lakers nada menos.

KYRIE IRVING (Cleveland Cavaliers) (18,1 pts, 5,1 as, 41,5% t3 y 85,7% tl). Novato, 19 años. Aunque nunca dudamos de su inmensa calidad, algunos lo hicimos de su rápida adaptación a la NBA tras su paso efímero por la NCAA (11 partidos). Sin embargo, nos equivocamos. Apenas tardó unos días en involucrarse de lleno en el juego y los Cavs, un equipo mediocre, bien que lo han agradecido. Irving está mejorando a los suyos y es el máximo candidato para ser nombrado Novato del Año. Es un base más anotador que pasador (sólo una vez ha llegado a las 10 asistencias) que está sorprendiendo por presentar unos excelentes porcentajes desde todas las posiciones. Además, ha demostrado aplomo en los segundos finales. Ya la ha liado bien gorda en más de un final de partido.

LEBRON JAMES (Miami Heat) (27,4 pts, 8,1 reb, 6,8 as, 1,8rec, 54,7% tc y 41,3 t3). El jugador más completo, de lejos, en lo que va de temporada. Así lo dice su eficiencia, la mejor de la liga con mucha diferencia y así lo dice su juego. Líder indiscutible de los Heat, James parece haberse hecho más fuerte después del fiasco final de la pasada temporada ante Miami. Entonces fue muy criticado, y con razón. Su actuación en la final no fue digna de su pedigrí. Pero ha vuelto con más fuerza. Está tirando menos, pero mejor. Incluso haciéndolo muy bien desde el triple. Se está preocupando mucho de hacer en cada momento lo que necesita su equipo y por ello está aportando en todas las facetas del juego. Sólo ha llegado una vez a los 40. Fue ante Milwaukee. Se está mostrando muy solidario con sus compañeros, nada egoísta. Parece un milagro que aún no haya firmado un triple-doble. Hasta 12 veces se quedó cerca del logro.

JEREMY LIN (New York Knicks) (14,4 pts, 5,8 as y 1,5 rec). Sería imperdonable que no apareciera en esta lista Jeremy Lin. El jugador de origen taiwanés es la gran sensación de esta media temporada y con razón. Casos como el suyo no se ven a menudo. El joven Lin vivió hasta el 4 de febrero en el anonimato. Había jugado 9 partidos sin pena ni gloria. como el año pasado en su temporada de debut en la NBA. Pero fue llegar ese día y explotar. Colosal Big Bang que aún nos tiene a todos aturdidos. El chico, formado en Harvard, ya su formación es bien rara en esta liga, 23 años, había promediado en enero 5,6 puntos y 3 asistencias. Pues bien, en febrero su promedio se ha disparado a 21 puntos y 8,1 asistencias tras hacer 9 partidos de más de 20 puntos, 6 de ellos consecutivos y meterle a los Lakers 38 tantos. Todo ello no hubiera alcanzado la perfección si su fantástica racha personal no hubiera llevado emparejada una majestuosa racha de resultados para el equipo neoyorquino. Su cotización comercial se ha disparado y la NBA se relame ante el posible negocio asiático. Las dudas: su elevado número de pérdidas de balón y su horrible último partido. A ver cómo reacciona.

KEVIN LOVE (Minnesota Timberwolves). (25 pts, 14 reb y 83,3% tl). El ex de UCLA sigue creciendo. Ya suma 2 All-Star consecutivos. Si el año pasado promedió 20,2 puntos y 15,2 rebotes, este año ha subido sus prestaciones a media temporada hasta elevar casi 5 puntos su anotación sin debilitarse en el rebote. No es extraño, ya que la pasada campaña no tenía un base de garantías que le suministrase balones, algo que ha logrado con la presencia de Ricky Rubio. Pero con Ricky o sin Ricky, Love es una máquina de hacer basket. Un hombre interior que se faja en los tableros como si fuera un temporero del baloncesto, que tira de forma excelente de 3 (este fin de semana ganó el Concurso de Triples) y que cuando llega el final no tiene miedo a fallar. El 42 de los Wolves ha hecho 30 doble dobles en 32 partidos y lleva 11 consecutivos en los últimos 11 encuentros. Tiene 23 años. ¡Menudo crack!.

KYLE LOWRY (Houston Rockets) (15,6 pts, 7,6 as, 5,3 reb, 2 rec y 87,2% tl). Una de las grandes revelaciones de esta media temporada y un gran reclamo para muchos equipos si los Rockets lo pusieran en el mercado en marzo. Algunos ya vimos atisbos de gran jugador en este Lowry cuando jugaba en los Grizzlies, pero presagiar este nivel se antojaba difícil, la verdad. Lowry ha dado un gran paso este año y no es exagerado el tratarle ya como uno de los bases más completos de la NBA porque además de anotar y pasar, rebotea y defiende. Ha llegado a meter 33 puntos, a dar 18 asistencias y a lograr un triple-doble. Fue el 23 de enero ante Minnesota Timberwolves.

PAUL MILLSAP (Utah Jazz) (16,1 pts, 9,3 reb y 1,5 rec). A algunos les podrá sorprender la presencia de Millsap en esta lista. Otros dirán que su compañero Al Jefferson presenta mejores números. Pero lo cierto es que este jugador está haciendo una gran temporada y que sus números han sorprendido más que los de Jefferson, más esperados. El gran mérito de Millsap es que mide 2,03 y se tiene que pegar con jugadores considerablemente más altos y poderosos. No le importa. Ha desarrollado un muy fiable tiro de 4 metros, se sabe fajar en la pintura, no está exento de buenos movimientos y la vida le va bien. Su mes de enero fue fantástico. Luego le vino un pequeño bajón del que parece estar recuperado. Lo malo para él es que los Jazz, que sorprendieron con un gran comienzo, empiezan a perder fuelle.

GREG MONROE (Detroit Pistons) (16,7 pts, 9,8 reb, 1,4 rec y 51,3% tc). Es incontestable que los Pistons son un desastre por mucho que su juego y resultados hayan mejorado notablemente en la antesala del All-Star. Y parece igualmente incontestable que si alguien se salva de la quema y con nota es Monroe. Este joven jugador, sólo tiene 22 años, ha empezado la temporada como un tiro. Sus cualidades son innegables. Sabe moverse en la zona, es inteligente, posee una muy buena técnica y mantiene una notable regularidad en su juego. Monroe es la alegría en el triste universo Piston. Ha pasado de los 9,4 puntos del año pasado, su temporada de novato, a los 16,7 en la presente. A eso se le llama mejorar. Este 2,11 formado en Georgetown, la universidad del gran Pat Ewing, le hizo 32 puntos y 16 rebotes a Milwaukee y 30 y 14 a Toronto en el último partido que ha jugado.

TONY PARKER (San Antonio Spurs) (19,4 pts y 8,1 as). El base francés es el gran culpable de que los Spurs, sin Ginóbili durante mucho tiempo por lesión, hayan salido a flote con notable éxito. Parker fue esencial en la racha de 11 victorias consecutivas del equipo de Popovich que han llevado a los texanos a la segunda plaza actual en el Oeste. Para ello fue preciso que el base nacido en Bélgica diera un paso adelante en la anotación, pero, sobre todo, que diera más asistencias que nunca. En este sentido, Parker ha sido pródigo. Desde mediados de enero, ha hecho 10 o más asistencias en 7 ocasiones, llegando a dar 17 pases de canasta ante los Hornets. En el campo anotador, le metió 37 a los Sixers y 34 a los Raptors. Ha tenido como gran socio en este camino inicial a Tim Duncan, que también ha dado un paso al frente, y a muchos secundarios de lujo. Su punto débil, como siempre, que no es capaz de amenazar desde el rango de 3 puntos.

CHRIS PAUL-BLAKE GRIFFIN-CHAUNCEY BILLUPS (Los Angeles Clippers) (19,2 pts, 8,6 as, 2,3 rec, 44% t3 y 86,5% tl) - (21,4 pts, 11,4 reb, 3 as y 53,9% tc) - (14,9 pts, 38,4% t3 y 89,5% tl). Los Clippers eran el equipo más mediático, el más esperado, y no están decepcionando. Paul, Griffin y Billups formaron un gran 'big three' hasta que el fatídico 6 de febrero el cuerpo del viejo Billups (35 años) se quebró. El jugador se perderá lo que resta de temporada. Sirva esta mención como homenaje. Llevaba casi 15 puntos de media en un equipo con mucho nivel y había tapado la boca a unos Knicks que le maltrataron. De Paul y Griffin, ¡qué decir!. Pues que son muy buenos. Extremadamente buenos. Y que dan un espectáculo colosal. Paul ha recuperado la alegría tras poder salir de esa cárcel que se llamaba New Orleans Hornets. Hizo su mejor puntuación en el último partido (36 ante Denver). En cuanto a Griffin, es un fenómeno. Un chico de 23 años con una técnica y un físico inmejorables y que parece que nunca hubiera sufrido una tremenda lesión de rodilla. Lo de Griffin es colosal. Ha coqueteado varias veces con el triple-doble y en sus últimos 7 encuentros no ha bajado de 20 puntos.

NIKOLA PEKOVIC (Minnesota Timberwolves) (12,5 pts, 7,2 reb y 58,3% tc en 24,4 min). Salvando las distancias, el de Pekovic es un caso parecido al de Jeremy Lin. Eso sí, sin tanta espectacularidad deportiva, sin tanto juego mediático, con menos focos. El montenegrino, ex de Panathinaikos, se está saliendo. Empezó como suplente de Milicic, el jugador con el que mejor relación parece tener, pero entre broma y broma con Darko ha acabado por arrebatarle de cuajo la titularidad. Desde entonces, es un jugador indiscutible para Adelman. No es de extrañar. Como titular, Pekovic firma promedios de 15,6 puntos y 9,9 rebotes. Su juego recuerda al de Marc Gasol. Es duro en defensa, rebotea muy bien, tiene un excelente movimiento de pies y parece que no hace nada cuando está haciendo mucho. Aunque es mucho peor pasador que el español. Pekovic ha llegado a hacer 30 puntos a Houston y 27 a New Jersey.

JOSH SMITH (Atlanta Hawks) (16,1 pts, 9,6 reb, 2,1 tp, 3,6 as y 1,6 rec). Josh Smith es el hombre orquesta. Hace de todo y todo lo hace bien. Además, es espectacular. Pero también es el hombre ignorado. Por muchos analistas, por muchos aficionados, por más de un entrenador, por la NBA en general. Así lo atestigua el que no haya ido al All-Star ni cuando su compañero Joe Johnson causó baja. Smith se ha cargado el equipo a las espaldas junto a Johnson a raíz de la desaparición por lesión del dominicano Al Horford. Ha hecho auténticos partidazos. 23 puntos y 19 rebotes le hizo a Orlando. Pero su actuación más brutal fue ante Phoenix: 30 puntos, 17 rebotes, 7 asistencias, 3 tapones y 4 robos de balón. A eso se le llama ser completo.