Rudy Fernández y Serge Ibaka compartieron este verano el triunfo de la selección española en el Eurobasket de Lituania, pero ahora también compartirán equipo en Europa aprovechando el cierre patronal de la NBA. Porque Ibaka ha fichado por el Real Madrid.
Ibaka ya jugó antes de ir a la NBA en España y ya cuenta con la nacionalidad española a pesar de haber nacido hace 22 años en Brazzaville (Congo). El suyo es un refuerzo de campanillas o, si lo prefieren, Ibaka se convierte en otro temporero de lujo en Europa.
La firma del internacional español está, claro, a expensas del lockout, pues tiene contrato en vigor con Oklahoma City Thunder hasta verano de 2013. De hecho, el acuerdo tiene una fecha de caducidad precisa: el 26 de diciembre de este mismo año. Es decir, en teoría, el tiempo preciso para suplir al lesionado Novicka Velickovic, que se lesionó hace unos días en un partido de Euroliga disputado en Bélgica y que será baja durante mes y medio.
El jugador de los Thunder cobrará al parecer unos 100.000 euros (cerca de 140.000 dólares) por cada mes de competición que dispute con el club español. "Es un orgullo pasar a formar parte de un club histórico como el Real Madrid", ha asegurado Ibaka tras conocerse la noticia en su blog personal, donde asegura que intentará "ayudar al equipo a ganar el máximo de partidos posibles".
Con la firma de Ibaka, el Real Madrid de Pablo Laso configura un equipo de ensueño. Eso sí, ese sueño se puede difuminar, de hecho se espera que se difumine, en plena temporada cuando arranque la NBA.
Serge Ibaka ha brillado ya en la NBA. Sus 2,08 y su potente físico le han convertido en una pieza esencial de los Thunder en defensa. Y su ofensiva no es desdeñable. Elegido en el puesto 24 del Draft 2008, Ibaka promedió la pasada temporada 8,2 puntos, 6,6 rebotes y 1,9 tapones y disputó los 82 encuentros de la temporada regular.