“No me siento optimista respecto a la voluntad de los jugadores de entablar una negociación seria”, con estas palabras resumía el comisionado de la NBA, David Stern, las 2 horas y media de reunión mantenidas ayer por las partes en conflicto.
Se trataba de la primera vez que jugadores y propietarios se sentaban a negociar tras el cierre patronal decretado por la liga el 1 de julio, pero según Stern, nada ha cambiado respecto al último contacto entre ambas partes, algo que el comisionado de la NBA achaca a la falta de buena fe por parte de los jugadores.
Estos últimos, sin embargo, opinan que el problema sigue estando en las inamovibles propuestas presentadas por los propietarios, consideradas inaceptables por los jugadores que estuvieron representados en la mesa negociadora por Derek Fisher y Theo Ratliff, además del director ejecutivo del sindicato, Billy Hunter, y los abogados del mismo.
“Expresan su deseo de llegar a un acuerdo, pero las propuestas que presentan hacen que resulte difícil creerles”, aseguró un también pesimista Derk Fisher al término del encuentro que tuvo lugar en Nueva York.
Ambas partes esperan volver a reunirse al menos otras 2 o 3 veces durante este mes, aunque reconocen que la posibilidad de alcanzar un acuerdo sigue siendo remota, a día de hoy. Mientras, los aficionados siguen esperando un milagro, en forma de entendimiento, que les permita disfrutar de la NBA a partir del 1 de noviembre, tal y como está previsto en el calendario. Para ello, el acuerdo debería alcanzarse antes del 13 de octubre.