Los principios éticos de la universidad mormona, con sede en Utah, ponen al borde del fracaso uno de los proyectos colegiales más sólidos en el plano baloncestístico. El tercer equipo en los rankings universitarios del país acaba de echar a uno de sus mejores jugadores, Brandon Davies.
La causa de la expulsión del jugador no es otra que haber mantenido relaciones sexuales con su novia. Ése ha sido su origen de su expulsión fulminante. Porque podía haber sido peor, ya que la universidad podría haber propiciado un proceso penal contra el chico. Así se las gastan en Utah, universo mormón.
Brigham Young, conocida como BYU o como los Cougars, está situada en el puesto número 3 de las clasificaciones nacionales más prestigiosas, siendo una de las candidatas para llegar este año a la Final Four, pero pocos días antes de entrar de lleno en la recta final de la competición, el Torneo de la NCAA, el equipo ha perdido a una de sus piezas básicas.
En este equipo milita la sensación del año, Jimmer Fredette, el máximo anotador de la NCAA con 27,5 puntos de media. Un jugador que da 4,4 asistencias por partido, que mete el 40,3% de sus tiros y que ha logrado superar en 3 partidos los 40 puntos, algo colosal en una competición de tanteos bajos.
Pues bien, Davies, el expulsado, estaba lejos de esas cifras, pero era un jugador fundamental en el equipo con sus 11,1 puntos y 6,2 rebotes en 25 minutos de juego. El alero, jugador de segundo año -'sophomore'-, era parte esencial de un conjunto que acumulaba con él 27 victorias por sólo 2 derrotas y que había ganado los últimos 7 encuentros.
Hundimiento a la primera de cambio
Ha sido irse Davies y venirse abajo el equipo. En el primer partido que BYU ha afrontado sin el jugador, ha llegado la debacle. Derrota de los Cougars en casa ante New Mexico por 64-82, algo impensable hasta ahora. Los primeros 20 minutos sin Davies, la primera parte de ese partido, se saldó con un increíble 26 a 42. Un desastre.
Cierto es que Davies sabía muy bien en qué universidad se había matriculado. Su nombre lo dice todo. Brigham Young fue nada más y nada menos -allá por el siglo XIX- que el segundo profeta vidente y revelador de la iglesia mormona, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos dominios se asientan en todo el estado de Utah. Religiosidad extrema, sin aire alguno de modernidad, estricta a más no poder, tradición inamovible.
En esta universidad, está terminantemente prohibido beber alcohol, fumar, tomar té o café y mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, entre otras muchas reglas. Por ello, la acción de Davies al mantener relaciones con su novia se considera execrable, pecaminosa, contraria al código ético de la institución, un código ético que bien conocía Davies al llegar a la universidad. Eso sí, al resto de los mortales todo esto nos parece ciencia ficción.