Parece ya un amor eterno. El veterano técnico Jerry Sloan tampoco abandonará al final de esta temporada el banquillo de los Jazz de Utah. Sloan y los Jazz han firmado ya una extensión de contrato que les vinculará durante una temporada más, hasta el verano de 2012.
Lo dice la página web oficial de la NBA. Sloan seguirá ligado al equipo de Salt Lake City 1 año más y su récord sigue creciendo, porque es ahora mismo el entrenador más longevo en un mismo banquillo si se repasan todos los equipos de las 4 ligas mayores profesionales de Estados Unidos (NBA, NFL, NHL y MLB).
Sloan, de 68 años, lleva ya 23 campañas consecutivas al frente de Utah y es el único entrenador de la historia de la NBA que ha sumado más de 1.000 victorias con un mismo equipo. Ahora mismo, su balance con los Jazz es de 1.126 victorias y 681 derrotas, aunque paradójicamente nunca ha ganado un anillo. Su balance global (antes entrenó a Chicago Bulls) es de 1.220-802, es decir, ha dirigido ya más de 2.000 encuentros en temporada regular.
Sin parafernalia
El estilo de Sloan es la antítesis del de LeBron James, que para cambiar de equipo montó todo un 'show' superlativo cercano al esperpento. En el extremo opuesto, el viejo Sloan, ejemplo de sobriedad y buenas costumbres, apenas hace ruido cada temporada cuando se conoce que ha extendido su contrato por 1 año más.
Esta vez, lo dio a conocer sin parafernalia alguna, sin ningún protagonismo mediático. Fue después del ejercicio de tiro que hizo el equipo en el ARCO Arena preparando el partido ante los Kings. “He firmado ya un contrato para el próximo año”, dijo sin darse importancia, para añadir segundos después: “No necesito un anuncio”.
Sloan llegó a los Jazz en diciembre de 1988 en sustitución de Frank Layden. Desde entonces, ya ha llovido. Sin ir más lejos, mientras él ha permanecido ininterrumpidamente a los mandos de Utah ha habido en la NBA 245 cambios de entrenador. No parece que ese vaya a ser su caso. Sería impensable una destitución del viejo Sloan. En las casas de apuestas, su despido se pagaría a precio de oro. ¡Menuda locura!.