Miami Heat no solo resistió a los Celtics en el Garden durante buena parte del encuentro, sino que llegó a acumular 14 puntos de ventaja en el tercer cuarto antes de convertirse en un juguete roto en las manos de la defensa voraz de los bostonianos.
El base puertorriqueño Carlos Arroyo fue titular, disputó 33 minutos y no lo hizo mal, aunque no fue capaz de dar con las teclas necesarias para desatascar al equipo en la parte final del encuentro.
Boston 85 Miami 76 (1-0)
El Garden no las tenía todas consigo antes de iniciarse este primer asalto entre Celtics y Heat y el desenlace de los 2 primeros cuartos dio la razón a los desconfiados. Los visitantes llegaron al ecuador del partido en igualdad de condiciones (41-44 a su favor) y poniendo en entredicho la presumible superioridad local.
El tercer cuarto fue aún a peor para los de Doc Rivers. Los Heat emplearon sus mejores armas para conseguir escaparse en el marcador (14 de ventaja a 7 minutos de la conclusión del tercer acto). A partir de ese momento especialmente delicado todo cambió.
Y es que ya nada fue igual. Boston vio las orejas al lobo y empezó a defender como no lo había hecho en todo el partido y Miami no supo cómo responder a tan espectacular apuesta.
En los últimos 19 minutos del encuentro, el equipo de Spoelstra anotó 6 de sus 31 lanzamientos y en el último cuarto los visitantes sólo fueron capaces de encestar 10 puntos, pasando de ganar por 14 a perder por 9, un auténtico desastre y una demostración de autoridad por parte de Boston.
Los Celtics, que sólo fueron capaces de anotar 1 triple en todo el partido, tuvieron en Garnett a su líder natural, un líder que fue capaz de lo mejor (15 puntos y 9 rebotes) y de lo peor (al ser expulsado cuando quedaban 40 segundos del final y todo estaba decidido tras una espectacular trifulca en el que fue el más agresivo). Inexplicable esa reacción final en un jugador de la experiencia de Garnett.
Pierce sumó 16 puntos y Rondo hizo 10 tantos, 10 asistencias y 7 rebotes. Pero el valor añadido vino de 2 hombres del banquillo bien asentados en las fórmulas ganadoras del equipo: Tony Allen, que sorprendió a todos con 14 puntos y 3 robos, y Glen Davis. Porque los Finley, Wallace y Robinson no tuvieron protagonismo alguno.
Miami aguantó hasta que reventó. Lo hizo a pesar de la buena respuesta, tal y como cabía esperar, de Wade, que sumó 26 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias y 3 robos. Pero su concurso no fue suficiente. Y es que apenas tuvo la ayuda de Quentin Richardson (15 puntos). Porque la clave del éxito local fu su capacidad para limitar el juego de Jermaine O'Neal y Michael Beasley.
Arroyo fue titular, jugó 33 minutos y terminó con 6 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, logrando 3 de sus 5 tiros de campo.