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Richard Jefferson da la espantada en su propia boda

Canceló la boda a última hora y no avisó a sus invitados

Sus amigos se corrieron una juerga con la tarjeta de crédito del jugador

hispanosnba.com |

Otro culebrón 'made in NBA', esta vez protagonizado por Richard Jefferson, rutilante fichaje este verano de los Spurs de San Antonio. El alero del equipo texano canceló su boda, pero no avisó a sus invitados, cosa que sí hizo la que ya se puede considerar como la ex novia del jugador.

Todo estaba preparado. Richard Jefferson había anunciado su enlace con la ex cheerleader de New Jersey Nets Kesha Ni'Cole Nichols, pero ese enlace a bombo y platillo en el que no se iba a reparar en gastos (se habla de un presupuesto de 2 millones de dólares) no llegó a celebrarse.

El escándalo ocupa su espacio en todos los medios de comunicación neoyorquinos y ya se extiende por otros muchos medios del país. Parece ser que Jefferson dio calabazas a su prometida unos días antes de la boda. Pero lo peor vino después.

La novia comunicó la cancelación a sus invitados, pero el bueno de RJ no hizo lo mismo con los suyos, que se desplazaron a Nueva York cargados de certeza: iban a una boda.

El nuevo compañero de Manu Ginóbili comunicó su decisión a sus invitados 2 horas antes del inicio de la ceremonia... pero compensó muy bien a sus amigos tras el fiasco.

Juerga millonaria

Ni corto ni perezoso, el jugador de los Spurs le dio su tarjeta de crédito a un amigo y le dijo que montara una fiesta con el resto de los invitados a su salud. Dicho y hecho. Se habla de que los afortunados invitados se corrieron una juerga gratis valorada en 1 millón de dólares, que salieron de la tarjeta de Jefferson.

Los rumores son muchos. Se dice que RJ decidió dejar a su prometida por un asunto de pantalones, que es el equivalente a un asunto de faldas. Parece ser que Kesha estuvo muy cariñosa con un joven en la fiesta de despedida llevada a cabo unos días antes de la boda, actitud que no gustó al jugador, que decidió romper con ella.

En fin, quién sabe si en los próximos días algún miembro de la prensa rosa o de la prensa deportiva -que la profesión no vive sus mejores momentos- destapa las profundas razones de este enésimo culebrón veraniego regalado por la NBA.