Luis Scola regresó ayer a su país, y ya en Buenos Aires protagonizó una rueda de prensa en la que habló de lo humano y de lo divino. Una charla con los medios en la que repasó la temporada de la NBA, tanto en lo personal como en lo colectivo, y en la que mostró su compromiso ineludible con su selección.
Que Luisito estaba relajado y feliz por pisar su Buenos Aires natal es indudable. Buena prueba de ello fue el inicio de la conferencia de prensa: “Tengo que anunciar algo. Por problemas personales no voy a poder jugar este año con la selección... (silencio)... Es una broma. Juego”.
Así que tras la paliza estadounidense, su segunda temporada consecutiva sin perderse ni un solo partido de temporada regular (164 en 2 campañas) y disputando los playoffs, descansará y se preparará más tarde para acudir al torneo de clasificación para el Mundial 2010, que se disputa este verano en Puerto Rico. Y es que nadie en Houston le puso traba alguna para abonarse una vez más a su selección, y él tan feliz por volver a vestir la albiceleste.
Un espíritu inconformista
'Luifa' desprende carisma. Su espíritu combativo, su alma ganadora y su visión inconformista le hacen especial. Por eso, el ala-pívot argentino reconoce que ha sido una buena temporada, pero no está satisfecho, porque quiere más.
“Estoy contento, fue una muy buena temporada, pero creo que podemos hacerlo aún mejor”, dice Luis, que reconoce que los Lakers fueron un escollo insalvable y un justo ganador en la serie que les enfrentó a los Rockets.
El jugador hispano considera que el equipo ha crecido, aunque añade que le falta aún dar ese paso tan complejo que convierte a un gran equipo en un equipo campeón, o al menos aspirante al título.
En este sentido, Scola cree que “tenemos que crecer en el aspecto grupal para ganar algo”, ya que considera que “todavía nos falta para ser un equipo de primera línea de NBA. Llegamos a un nivel interesante, pero lo difícil es ser ahora de la primera línea”.
Crecimiento en lo personal
También habló 'Luifa' del crecimiento de su juego: “Tuve un crecimiento importante de un año a otro y eso me deja contento, pero no satisfecho”.
Uno de los aspectos que el ex de Tau Vitoria quiere mejorar es su manejo con la zurda. “Quiero mejorar en el uso de la mano izquierda”. Asegura que esa mejora le haría un jugador menos predecible para las defensas contrarias.
Scola explicó que ha contado a lo largo de la campaña con el apoyo de su entrenador, Rick Adelman, que le dijo que tenía que ser un hombre importante en el poste como complemento de Yao Ming tanto en defensa como en ataque y que le animó a aprovechar una gran cualidad que tiene el argentino: su formidable modo de correr la cancha.
Además, Luisito explicó cómo intentó ganar ventajas ofensivas a través del tiro a distancia, con el fin de eludir las marcas dobles en defensa. “Tenía que convertirme en un arma de ataque peligrosa. Eso fue lo que traté de hacer con tiros a distancia, el juego de espaldas y cortes desde el lado débil”.
Spurs y Rockets
Scola no eludió ningún tema. Por ejemplo, dijo que le sentó muy mal no recalar en San Antonio Spurs, equipo que lo drafteó, ya que le hubiera encantado jugar al lado del que considera el mejor jugador del mundo, Tim Duncan.
“Hubiese querido jugar con mi amigo Manu (Ginóbili), un tremendo ganador, con Fabricio Oberto y también con Gregg Popovich. Yo entiendo el baloncesto como lo entiende él. Hubiera querido ganar tantas cosas con los Spurs...”. Pero inmediatamente matiza que está muy contento en Houston, donde con el tiempo se está haciendo un equipo ganador.