Tras regresar de la Olimpiada, donde ha ejercido de técnico asistente para la selección norteamericana, Nate McMillan ha narrado al diario local The Oregonian sus impresiones sobre el evento y en particular sobre la nueva adquisición de los Blazers, el escolta español Rudy Fernández. Las impresiones que McMillan se ha traído de China sobre el jugador no han podido ser mejores.
“Estaba sentado allí con la cara seria, tratando de no sonreír”, confiesa tras ver la actuación del jugador español en la final de los Juegos. España era el rival y se lo estaba poniendo realmente difícil a los norteamericanos, pero el técnico de Portland no podía dejar de regocijarse en la idea de que el hombre que tanto daño estaba haciendo a su selección iba a formar parte de la plantilla de su equipo la próxima temporada.
Noches sin dormir
McMillan ha seguido de cerca el juego de Rudy durante las dos semanas de competición y ha llegado a una conclusión clara: Fernández jugará en Portland y jugará mucho.
El técnico reconoce haber pasado noches sin dormir pensando en todas las posibilidades de encaje que el escolta español tiene en el equipo. “Estaba tan impresionado con él que llegó un punto en que, tras verle por segunda vez, no pude dormir esa noche porque estaba dándole vueltas a mis rotaciones”, reconoce McMillan. “Te juro que no dormí”, insiste ante el periodista del Oregonian Jason Quick, “No podía dormir pensando en él, porque me decía ‘le podemos poner aquí, hacer esto con él, hacer aquello con Brandon (Roy) y él’…”
El entusiasmo por el juego de Rudy era compartido por su compañero en las tareas técnicas con la selección y rival en la NBA, Mike D’Antoni, según relata McMillan, ante el que reconoce, con una sonrisa, que intentaba disimular su entusiasmo restando importancia a los elogios de D’Antoni con frases como “sí, está bien, pero tiene que trabajar sus penetraciones por la izquierda”.
Rudy llevará el peso anotador de la segunda unidad
El primer papel que McMillan pretende asignar al escolta español es el de formar parte de la segunda unidad del equipo junto a Jerryd Bayless y Travis Outlaw y compartir con este último la iniciativa anotadora de esa segunda unidad. También garantizó que Roy y Fernández estarán juntos en pista, muy probablemente con Roy como base y Rudy como escolta, aunque en algunos momentos también podrían hacerlo con Roy como alero, dada la mayor versatilidad del actual jugador estrella de los Blazers.
Muchos minutos por lo tanto los que parece tener reservados McMillan para su nueva incorporación. Su única preocupación es que el jugador encaje bien en una competición nueva para él, que se adapte a su nueva residencia y a sus nuevos compañeros. Fuera de ahí pocas cosas parecen preocupar a McMillan, ni siquiera el hecho de que el jugador vaya a pasar a tener un papel menos protagonista que el que acostumbraba a tener en Europa donde cada posesión de su equipo pasaba por él. El técnico cree que Fernández se adaptará bien a ese cambio.
“Si pudiera decir una cosa sobre él sería que no tiene miedo. No teme hacer una jugada, lo que es muy bueno cuando estás hablando de jugar en la NBA. Tienes que tener corazón y no ser temeroso. Y él no lo es”, concluye un deslumbrado McMillan al que prometen hacérsele largos los días que quedan hasta que Rudy Fernández llegue a Portland para ponerse a sus órdenes.