La noticia anunciada se confirmó ayer tras la firma de Elton Brand con los Sixers de Filadelfia. El hasta ahora jugador franquicia de los Clippers jugará los próximos 5 años en Philadelphia por 82 millones de dólares. La decisión de Brand fue recibida en Los Ángeles con una mezcla de incredulidad e indignación y ha provocado un cruce de reproches entre los responsables de la franquicia y el representante del jugador, David Falk.
Si alguien hubiera dicho hace poco más de una semana que Brand no iba a renovar por los Clippers poca gente le hubiese creído. El jugador había renunciado a su último año de contrato con la franquicia californiana, valorado en 16,4 millones de dólares, para hacerse agente libre, pero todo el mundo interpretó ese movimiento como una mera estrategia para crear el espacio salarial suficiente para que los Clippers pudieran contratar a Baron Davis, como así hicieron, y posteriormente renovar a Brand. Los aficionados del equipo se frotaban las manos ante la perspectiva de un conjunto liderado por semejante tándem de jugadores.
Las cosas empiezan a torcerse
Pero cuando todos se las prometían muy felices en Los Ángeles, las cosas empezaron a torcerse. Los Clippers presentaron a Brand una oferta de 70 millones por 5 años con la que, según ellos, tanto el jugador como su representante se mostraron conformes.
Muy diferente es la versión que de esa misma oferta dio ayer el representante del jugador, David Falk. Según él, la oferta les fue presentada como un “tómalo o déjalo” y además el entrenador del equipo, Mike Dunleavy, les transmitió de alguna manera que el propietario del conjunto, Donald T. Sterling, había aceptado a regañadientes la presentación de dicha oferta y que le resultaba “indiferente” si Brand la aceptaba o no.
Según Falk, la actitud del propietario de la franquicia hacia el que ha sido su jugador estrella en los últimos años fue recibida como un insulto tanto por él como por su entorno y ése fue el punto a partir del cual los caminos de Brand y de los Clippers empezaron a divergir.
Nuevos jugadores entran en la partida
El distanciamiento entre Brand y su franquicia de toda la vida provocó que éste escuchara con más atención lo que otros equipos tenían que decir. Los Warriors fueron los primeros en moverse y hacerle una oferta de 90 millones por 5 años al jugador. A pesar de la generosa oferta del equipo de Oakland las apuestas aún estaban del lado de los Clippers, pero entonces entró en juego Philadelphia.
Los Sixers mostraron su interés por el ala-pívot y le hicieron una oferta intermedia entre las dos que ya estaban sobre la mesa: 82 millones por 5 años. Para poder hacer esa oferta los Sixers se movieron rápido y enviaron a Rodney Carney y Calvin Booth a Minnesota a cambio de dinero para así crear el espacio salarial necesario para su contratación.
Los Sixers jugaban con la ventaja de ofrecer a Brand la posibilidad de jugar mucho más cerca de Nueva York, donde el jugador tiene sus orígenes y su familia, y además le ofrecían formar parte de un equipo que puede ser muy competitivo en la conferencia Este, sobre todo si, tal y como se espera, cierran la renovación de Andre Iguodala.
Con esas cartas en su poder y un Brand decepcionado por el desinterés de su hasta ahora equipo, Philadelphia le robó la mano a los Clippers y se llevó la partida. La decisión estaba tomada y de poco sirvió que los californianos igualaran a última hora la oferta llegada de la costa Este.
Incredulidad e indignación en Los Ángeles
La noticia del acuerdo con Philadelphia cayó como una bomba en los despachos y entre los aficionados de los Clippers. Los compañeros de Brand no acababan de creerse la marcha del jugador. Desde los despachos se le acusaba de no haber respetado el acuerdo verbal al que, según ellos, había llegado con el equipo. Su entrenador Mike Dunleavy se mostraba dolido y afirmaba ante la prensa: “No sé quién le ha puesto en contra nuestra”.
Los Clippers han visto desbaratarse toda su estrategia y ahora tendrán que improvisar sobre la marcha para completar un equipo que con Davis, Mobley, Thornton, Brand y Kaman en el quinteto titular estaba destinado a subir muchos enteros en la durísima Conferencia Oeste.
Para sustituir a Brand se le presentan ahora dos opciones en el mercado de agentes libres: Emeka Okafor y Josh Smith. Ambos son agentes libres restringidos, pero una oferta alta podría hacer que sus actuales equipos, Charlotte y Atlanta, desistieran de igualarla, aunque supondrá pagar por encima de mercado al elegido.
Por de pronto los Clippers tomaban hoy mismo las primeras decisiones encaminadas a liberar el espacio salarial que les permita hacer esa oferta renunciando a los derechos sobre Shaun Livingstone, que se convierte así en agente libre sin restricciones, y sobre otros cuatro jugadores: Dan Dickau, Smush Parker, Boniface Ndong y James Singleton.