JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Final Este

Los Celtics jugarán la final de la NBA contra los Lakers, reeditando su vieja rivalidad

Boston gana a Detroit tras dejarle en 13 puntos en el último cuarto, y se proclama campeón del Este

El 'Big Three' céltico anota 60 puntos, mientras que Billups y Hamilton logran 50

hispanosnba.com |

Vuelven los viejos duelos cargados de leyenda. Boston derrotó a domicilio en el sexto partido a Detroit (81-89), lo que le otorga el título de campeón de la Conferencia Este (4-2) y le da el billete para disputar la final de la NBA, donde se verá las caras con los Lakers.

La NBA y la ABC, que es la cadena de televisión encargada de retransmitir la serie final, se frotan las manos; los aficionados al baloncesto de Estados Unidos y de medio mundo, también.

Ha habido que esperar dos décadas para volver a disfrutar de un enfrentamiento por el título entre los dos equipos más laureados de la liga. Esos épicos enfrentamientos de épocas pasadas quedaron truncados en la década de los 90. Ahora es el momento, la gran oportunidad de devolver al mercado de la NBA a los fieles aficionados de la década de los 80 que disfrutaron con los duelos de los Lakers de ‘Magic Johnson’ y los Celtics de Larry Bird. Porque una parte de esa entendida afición se había perdido por el camino. Es el momento del regreso.

Para que la final soñada fuera posible era necesario que Boston eliminara a Detroit, otro equipo cargado de historia en la década de los 80. En Michigan no estaban por la labor, a ellos poco les importaba la final soñada, pues sus sueños eran bien distintos. Pero en el sexto partido, en un repleto Palace of Auburn Hills, los de Saunders sucumbieron ante los Celtics tras protagonizar un desastroso último cuarto.

Tras una primera mitad muy igualada, los locales pusieron una marcha más elevada en el tercer cuarto, lo que les sirvió para despegarse en el marcador, aunque sólo fuera por 8 puntos. Sin embargo, el último cuarto resultó demoledor para sus aspiraciones. El parcial lo dice todo: 13-29. Y es que anotando 13 puntos en los últimos 12 minutos no se puede aspirar a nada.

Un gran ‘Big Three’

El trío estelar de Boston –Garnett, Pierce y Allen- se enfrentaban anoche a una singular situación. Los 3 jugadores andan sobrados de experiencia. Con mil batallas a las espaldas, estos tres baloncestistas ejemplares tenían que tirar del carro, tenían la obligación de arrastrar a sus compañeros hacia un triunfo más que importante, toda vez que Boston no juega la final de la NBA desde 1987. La singularidad de esa acción radicaba en el objetivo, pues ni Garnett, ni Pierce, ni Allen han disputado jamás una final de la liga, son 3 hombres en busca del anillo.
Alguien podría pensar que esa carencia podría provocar una cierta ansiedad en el ‘Big Three’ bostoniano, pero no fue así. El trío mágico de Massachusetts logró 60 puntos de los 89 de su equipo.

El que mejor se amoldó a la situación fue Paul Pierce, que protagonizó una ejemplar segunda parte, en la que anotó 18 puntos. Pierce concluyó el partido con 27 puntos, 8 rebotes y una excelente selección de tiro, la misma acertada selección que mostró Ray Allen, que anotó 17. Mientras, Kevin Garnett emergió en la segunda mitad tras un desastroso primer tiempo. El gran fichaje de los Celtics terminó con 16 puntos (12 en los dos últimos cuartos).

Frente a ese impresionante terceto bostoniano, los Pistons sólo pudieron oponer un dúo, el integrado nuevamente por Billups y Hamilton, que no solo jugó a pesar de sus problemas físicos, sino que fue uno de los mejores de su equipo.

Los dos hombres bajos del quinteto titular de Detroit sumaron 50 unidades. Billups demostró por enésima vez que a mayor presión su rendimiento se magnifica. Batió su récord de anotación en un partido de playoff con 29 puntos, capturó 6 rebotes, repartió 6 asistencias y no perdió ni un solo balón. A su lado sólo sintió el acierto de Hamilton, que se fue hasta los 21 puntos tras mostrarse muy atinado en el lanzamiento.

La otra cara de la moneda en los locales vino del dúo formado por Prince y Wallace, jugador éste que podría haber jugado anoche su último partido con la elástica de los Pistones. Fueron un lastre para su equipo con sus continuos errores en el lanzamiento. Su decepcionante noche –a pesar de que Wallace atrapara 10 rebotes- concluyó con 5 canastas de 22 lanzamientos.

Y es que, como ocurriera en el anterior partido, los Pistons pagaron muy caro su desequilibrio como equipo, una inestabilidad basada en un juego exterior espectacular y un rendimiento interior inexistente. Wallace y McDyess no aportaron casi nada, aunque en defensa se fajaron, especialmente Wallace, con gran entusiasmo y calidad. Pero en ataque no constituyeron amenaza alguna. De hecho, la mayor amenaza local en la pintura vino del banquillo y se llamó Maxiell.

Los locales tuvieron vedado durante los 48 minutos el camino a la canasta rival mediante penetraciones de los jugadores exteriores o terminaciones cerca del aro procedentes del juego interior, tal y como demuestra el hecho de que los de Michigan sólo consiguieran 18 puntos en la pintura.

Si a todo esto le sumamos la incapacidad local para dirigir su agresividad defensiva al balón, robaron 3 balones en todo el encuentro, se hace difícil pensar en una victoria del conjunto dirigido por Saunders.

Todas estas circunstancias hicieron que Detroit, donde el argentino Herrmann volvió a no vestirse de corto, no pudiera alcanzar el séptimo partido de la serie, prolongación extrema a la que se abonaban casi todos los pronósticos. De este modo, Herrmann dice adiós a la temporada y tendrá que estar a la expectativa, ya que no sabe dónde recalará la próxima campaña.

Partido bastante igualado

El encuentro arrancó con igualdad y no se desprendió de ella prácticamente hasta el final, pues ninguno de los equipos en liza fue capaz de superar los 10 puntos de ventaja en el luminoso.

El primer cuarto fue especialmente equilibrado, con los dos equipos cosidos el uno al otro en el marcador. El período inicial concluyó 21-24 tras comprobar los árbitros en el vídeo si el último ataque de Detroit y penúltimo del cuarto había agotado o no los 24 segundos de posesión.

Poco cambió el panorama en el segundo cuarto. Un triple de Ray Allen puso a los visitantes 6 puntos arriba a los 3 minutos de iniciarse el período y otro triple, esta vez de Posey, llevó la ventaja céltica a 7 puntos (25-32 a 7:47 del descanso). Poco duró esa sensación de despegue, ya que de inmediato dos triples consecutivos de Hamilton y Billups restauraron una igualdad que se quedó a vivir en el Palace of Auburn Hills hasta que los dos equipos tomaron el camino de los vestuarios.

Se llegó al descanso con 37-40 para Boston tras un segundo cuarto defensivo y aburrido. Allen fue el mejor celtic con 13 puntos. Mientras, en Detroit los primeros 24 minutos sirvieron para constatar la exhibición de Billups (18 puntos) y el buen quehacer de Hamilton (13).

En la primera parte del encuentro lo más destacable fue el trabajo defensivo de los locales sobre Garnett. La gran estrella de los Celtics anotó las dos primera canastas de su equipo en el partido y luego desapareció. Hasta tal punto lo hizo que no volvió a anotar un punto en los siguientes 21 minutos, yéndose al descanso con 4 tantos en su haber.

Otro encuentro tras el descanso

Tras el paréntesis en el juego, éste se reanudó con otros aires, ya que el tercer y cuarto períodos se alejaron del equilibrio y fueron cada uno para un equipo: el tercero para Detroit y el cuarto para Boston.

En el tercero, los de Saunders mantuvieron sus constantes defensivas, pero ligaron mucho mejor su juego ofensivo. Los primeros 4 minutos del cuarto lo dejaron patente. En ese tiempo Detroit anotó 13 puntos a partir de la participación de la práctica totalidad de su quinteto inicial.

A pesar de ese incremento en la productividad ofensiva, los Celtics aguantaron el marcador, que a falta de 6:53 para la conclusión del cuarto estaba 48-54 a su favor.

Sin embargo, ahí llegó el gran momento de los Pistons, que tuvieron mimbres para construir una victoria fácil que no llegó. En esos últimos 7 minutos del tercer período, los locales endosaron a su rival un parcial de 20-6, basando su juego en baloncestistas de calidad, pero secundarios, tales como Prince, McDyess o Stuckey. Durante ese parcial el ataque céltico se atascó sobremanera. No es que tiraran los visitantes mucho a canasta, aunque lo hicieran mal (2 de 8 en el tiro), no estuvo ahí la clave. El desastre visitante vino provocado por las pérdidas de balón. Los de Rivers extraviaron 5 balones en medio cuarto, 3 de ellos producto de 3 personales en ataque. Y se extinguió el cuarto con 68-60 para el conjunto local.

Nada más arrancar el último episodio, los Pistons sumaron una nueva canasta para ponerse 70-60. La serie se encaminaba a un séptimo partido. La grada vibraba. Mas los Celtics no se amilanaron y empezaron a jugar su mejor baloncesto, con precisos patrones en su ataque y una maravillosa agresividad en defensa. Y los Pistons se desfondaron.

Pierce puso a los suyos por delante con dos tiros libres. Fue parte de un parcial de 4-19 que dejó el partido casi visto para sentencia. Ese parcial sólo dio una ventaja de 5 puntos a los visitantes (74-79), pero ese pequeño hueco era un abismo desde el punto de vista psicológico, como se demostró en la parte final del choque.

De nuevo Pierce, con otros dos tiros libres, otorgó medio partido a Boston. Faltaba 1:35 para la conclusión y dejaba el electrónico en 79-85. De ahí al final lo único que quedó en la retina del espectador fue la muestra de impotencia de los locales, que fueron capaces tan solo de anotar 2 puntos, y la exhibición de solidez de los visitantes, que confiaron todo a la defensa.

Fue un último minuto en el que Boston se permitió incluso fallar 3 tiros libres –2 de Garnett y 1 de Pierce-. Y es que hasta a las grandes estrellas, cuando se ven tan cerca de su sueño dorado, les tiembla un poco el pulso.

Detroit Pistons 81 Boston Celtics 89 (2-4)
DETROIT: Billups (29), Hamilton (21), Prince (10), McDyess (6), Wallace (4) –cinco inicial-, Stuckey (4), Maxiell (7), Ratliff, Hunter y Afflalo.
BOSTON: Rondo (11), Allen (17), Pierce (27), Garnett (16), Perkins (7) –cinco inicial-, Posey (3), Brown (2), Cassell (2), Powe (4) y House.
Parciales: 21-24, 16-16, 31-20 y 13-29.