JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera Ronda Oeste

Los Hornets ganan en Dallas por primera vez en 10 años y ahondan en la crisis de los Mavericks

Jason Kidd y Josh Howard firman desastrosos partidos y Avery Johnson está en la picota

El puertorriqueño Barea debuta este año en playoffs y anota 8 puntos en 5 minutos

hispanosnba.com |

La tragedia se masca en Dallas. Anoche, el conjunto de Avery Johnson cayó en casa ante New Orleans (84-97) y empezó a intuir lo que se avecina, que no es otra cosa que una más que probable eliminación en primera ronda de playoffs por segundo año consecutivo y una crisis de impredecibles consecuencias que puede acabar de un plumazo, para empezar, con la trayectoria del propio Johnson como entrenador del equipo texano.

Los Mavericks intentaron evitar a toda costa un enfrentamiento en primera ronda con Los Angeles Lakers amparándose en la mayor bisoñez en este tipo de partidos de los jugadores de los Hornets de Nueva Orleans. Y el resultado, por ahora, no les da la razón, ni mucho menos, aunque estos Mavs ante los Lakers, tal y como están jugando unos y otros, tampoco hubieran tenido muchas opciones de victoria.

Los Hornets, liderados por Chris Paul y su guardia pretoriana -Stojakovic y West-, están dejando en evidencia las notables carencias que presenta, hoy por hoy, el equipo propiedad de Mark Cuban, que estará, a buen seguro, más que cabreado. Con el 3-1 actual y dirigiéndose ahora la serie a la ciudad del jazz, los pronósticos parecen claros y desembocan casi todos ellos en la caída en desgracia de Dallas. La sempiterna sonrisa de Cuban se ha borrado de un plumazo y su alma de niño grande empieza a flaquear.

Unos peor que otros

A la hora de analizar las razones del bajo rendimiento del conjunto texano, unos han de cargar, obligadamente, con más culpa que otros.

Por ejemplo, no pueden achacarse las mismas responsabilidades a Nowitzki o a Terry, que están rindiendo a un gran nivel, que a Kidd y Josh Howard, que están ofreciendo actuaciones más que deficientes. Algo habrá que decir también del entrenador, Avery Johnson, que ofrece serias dudas en su comportamiento bajo situaciones de gran presión, y del General Manager, Donnie Nelson, que es la cara visible del traspaso que llevó lejos de Dallas al joven Devin Harris a cambio del veterano y experimentado Jason Kidd.

Kidd es, precisamente, uno de los grandes damnificados de la eliminatoria. Ni ha podido rendir en ataque ni ha sido capaz de enfrentarse a la explosión física y técnica y la precoz madurez de un enorme Chris Paul. Anoche volvió a suceder. El base californiano terminó el partido con números muy pobres (3 puntos y 3 asistencias), pero aún más triste que sus números resultó la forma que tuvo de finiquitar su actuación. Y es que su evidente frustración por lo que estaba sucediendo en la cancha (su actuación era penosa y su equipo perdía por 16 puntos [70-86]) le llevó a cometer una personal que no venía a cuento a Jannero Pargo. Faltaban 7:16 para el final del encuentro, pero no para él, ya que se tuvo que ir prematuramente al ser expulsado del partido tras la falta flagrante de tipo 2 que acababa de cometer sobre Pargo.

El otro nombre propio que encarna como pocos la derrota de los Mavericks es el de Josh Howard, que está dando la razón de forma más que convincente a todos aquellos que le consideran un jugador menor por su incapacidad para afrontar los grandes compromisos. Anoche más madera para avivar el fuego de esa crítica, puesto que se marchó del American Airlines Center con 6 puntos tras bordear el más espantoso ridículo ofensivo (3 canastas de 16 intentos). Howard lleva en los 4 partidos de la serie un penoso bagaje en ataque, que le ha llevado a encestar 15 de sus 58 tiros de campo (un horrible 25,9%) y lograr 1 triple de 8 (un 12,5%). Son porcentajes que hablan por sí solos de la quiebra psicológica que este enfrentamiento está generando en un jugador que en temporada regular ha estado en 74 partidos en un 45,5% y un 31,9% de acierto en esos dos apartados, unas cifras que no son para tirar cohetes, pero que se sitúan a un nivel bastante digno.

Junto a la incapacidad mostrada por estos dos hombres, habría que añadir a un Stackhouse más preocupado por mandar su lengua a pasear que por mejorar su pobre rendimiento deportivo, un bajo rendimiento que le ha llevado a convertirse en un jugador residual en la rotación de Johnson en los últimos partidos.

Es evidente, por lo tanto, que no se pueden tener las mismas exigencias a la hora de explicar la eliminación con hombres que sí están desmostrado que se visten por los pies, como son los casos de Nowitzki (22 puntos y 13 rebotes anoche), Terry (20 puntos) o el joven suplente Bass (12 puntos y 9 rebotes), tres jugadores que están rindiendo a muy buen nivel, pero que no son capaces de arrastrar al resto de sus compañeros.

Los Hornets merecen pasar

Por lo visto hasta ahora, los Hornets merecen clasificarse para las Semifinales del Oeste. Para hacerlo están superando, incluso, las señales históricas que ponían en tela de juicio su aparente superioridad. Por ejemplo, anoche, el equipo de Byron Scott ganó en Dallas, algo que no sucedía desde enero de 1998. Más de 10 años habían transcurrido desde la última victoria de New Orleans en Dallas. En esos dos lustros el balance era desolador: 14 victorias seguidas para los Mavericks.

Anoche se quebró esa racha histórica, ¡ y en qué momento ocurrió!. Ahora, el camino para los de Scott se ha allanado bastante.

El tercer triunfo de la serie fue un triunfo más que convincente. Los Hornets defendieron de maravilla, alcanzando sus más altas cotas en un espléndido segundo cuarto en el que dejaron a Nowitzki y compañía en 14 puntos. A partir de ahí los de Louisiana se sintieron dominadores del duelo hasta el punto de que en el último cuarto llegaron a tener 19 puntos a favor tras una canasta de Paul (70-89 a falta de 5:49 para el final).

Con ese resultado y con Kidd expulsado del partido, llegaron los minutos de la basura y fue ahí cuando el puertorriqueño José Juan Barea (que debutó anoche en los playoffs 2008) pudo demostrar su calidad al anotar 8 puntos, incluidos 2 triples, en los últimos 4 minutos.

En cuanto al equipo vencedor, Paul volvió a ser un jugador muy competitivo tras su pequeño desliz del tercer encuentro. Acabó con 16 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, aunque el mejor de los Hornets fue David West (24 puntos y 9 rebotes), bien secundado por Peja Stojakovic (19 tantos) y los suplentes Jannero Pargo y Julian Wright, cada uno con 11. Pargo venía de hacer 30 puntos en el partido anterior y el novato Wright hizo anoche un más que meritorio partido tanto en ataque como en defensa. Su actuación fue muy alabada por su entrenador. Habrá que estar atentos al rendimiento del joven Wright, porque es un jugador que promete.

La victoria de New Orleans se fraguó en su acierto en los tiros de campo (un 50% de efectividad), que contrastó con el desacierto de su rival (36%), lo que permitió que los visitantes lograran más canastas lanzando 13 tiros menos. Menos mal que Dallas hizo una gran labor en los tableros, dominando los aros a pesar de lanzar mucho peor a canasta gracias a su formidable trabajo en el rebote ofensivo (atraparon 16). Si no hubiera sido así, la humillación habría sido de las que hacen época.

Dallas Mavericks 84 New Orleans Hornets 97 (1-3)
DALLAS: Kidd (3), Terry (20), Jo.Howard (6), Nowitzki (22), Dampier (4) -cinco inicial- Bass (12), George (4), Stackhouse (2), Jones (3), Barea (8), Allen y Ju.Howard.
NEW ORLEANS: Paul (16), Peterson (10), Stojakovic (19), West (24), Chandler (2) -cinco inicial- Pargo (11), Wright (11), Armstrong (2), Wells (2) y Bowen.
Parciales: 30-23, 14-25, 22-28 y 18-21.