San Antonio se impuso a Golden State en un partido en el que unos se jugaban el liderato y los otros la clasificación. Oberto y Ginobili hicieron buenos números pero fue Parker el hombre decisivo. También fueron buenos los números de Andrés Nocioni pero Chicago no pudo con Boston y está cada vez más cerca de la eliminación.
En Minneapolis, Detroit decidió dar descanso a sus titulares dado que su segunda posición parece ya segura, sin posibilidad de ir para arriba ni para abajo. El descanso de los titulares permitió a Walter Herrmann disfrutar de más minutos de los habituales y el alero argentino no los desaprovechó.
San Antonio 116 Golden State 92
Los Spurs consiguieron vencer a los Warriors por primera vez en esta temporada en la que se han enfrentado en tres ocasiones, si bien es cierto que los dos encuentros anteriores se disputaron en casa de los californianos. La victoria permite a San Antonio mantenerse en cabeza de la conferencia Oeste igualado con New Orleans y significa un tropiezo hasta cierto punto esperado para los Warriors en su lucha con Dallas, a quien visitan mañana, y Denver por los dos últimos puestos que dan derecho a jugar la fase final en la conferencia Oeste.
La insistencia de los visitantes en enfrentarse de forma individual a la defensa texana olvidándose del juego colectivo les acabó pasando factura en el partido de ayer. Sólo 8 asistencias sumaron los jugadores de Don Nelson, una cifra paupérrima que tiene mucha culpa de la derrota sufrida. El empeño en forzar las soluciones individuales provocó que Golden State se quedase en un 38% en el tiro mientras que su rival se iba hasta el 55%, con 62 puntos anotados desde la pintura (sólo 28 los Warriors) aprovechando la falta de juego interior de un rival -cuyo único hombre alto, Biedrins, sufría problemas en el pulgar de uno de sus pies y jugó poco- que en general no supo frenar ni el juego de poste de los hombres altos de los Spurs ni las penetraciones de hombres tan peligrosos como Parker y Ginobili.
Bien es cierto que frenar a San Antonio nunca es fácil porque el equipo que entrena Greg Popovich tiene recursos para cualquier tipo de partido. Pueden jugar rápido o lento, defensivo u ofensivo, penetrar o lanzar desde lejos, jugar colectivamente o tirar de la gran calidad de sus estrellas. Por algo son los campeones y por algo siguen siendo los grandes candidatos al triunfo final.
Anoche Golden State mantuvo el encuentro muy igualado hasta el segundo cuarto, momento en el que los Spurs pegarón su primer arreón, rompiendo el empate a 40 con un parcial de 20-8, para irse a un 60-48 de la mano de Parker y Duncan. Un triple final de Baron Davis dejó el marcador en 60-51 antes del descanso. A la vuelta de vestuarios los Warriors intentaron dar la vuelta a la situación y apretaron el marcador hasta dejarlo en sólo dos puntos de diferencia a 2:40 del final del tercer cuarto, pero entonces volvió a surgir Tony Parker que fue sin duda el hombre más decisivo del encuentro.
El base francés consiguió convertir en un monólogo de los texanos lo que quedaba de cuarto. Dio dos asistencias a Bruce Bowen para que anotara otros tantos triples consecutivos desde la esquina y anotó otros cuatro puntos él solito. Entre medias un tiro libre de Ginobili, como consecuencia de una falta técnica indicada a Baron Davis, y al final del cuarto un 86-73 y un rival completamente noqueado que ya no fue capaz de recuperarse. En el último cuarto los Warriors bajaron los brazos y llegaron a perder hasta de 30 puntos en los minutos finales, ya con los habituales suplentes de ambos equipos sobre la pista.
Baron Davis fue el máximo anotador de los visitantes con 19 puntos. Parker, 26 puntos y 7 asistencias, y Duncan, 17 y 12 rebotes, fueron los mejores de San Antonio junto al tercer miembro de su trío estrella, el argentino Manu Ginobili que anotó 16 tantos y se llevó 7 rebotes aunque perdió muchos balones (6). El otro argentino de San Antonio, Fabricio Oberto, realizó un partido muy completo en los apenas 19 minutos que jugó, sumando 8 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias y 2 robos de balón.
Minnesota 90 Detroit 94
En Detroit parecen tener claro que dada la clasificación, a 6 victorias de Boston y 6 por encima de Orlando, el equipo no se va a mover de la segunda posición en la que se encuentra. Así las cosas, Joe Dumars, general manager, habló con Flip Saunders antes del partido sobre la conveniencia de dar descanso a algunos jugadores de cara a los playoffs y el técnico de Detroit decidió dejar en el banquillo a tres de sus titulares. Billups, Hamilton y Rasheed Wallace ni siquiera se vistieron.
Tan importantes ausencias convirtieron un partido en teoría fácil ante uno de los últimos clasificados de la liga en una pesadilla con todas las papeletas para haber acabado en derrota si no hubiera surgido en el último cuarto la figura de un rookie, el base Rodney Stuckey que anotó 12 puntos en el periodo decisivo (27 en total) y dio la vuelta al encuentro.
No se puede negar que había motivación entre los hombres de Detroit que saltaron al campo y es que la ausencia de los titulares concedió más minutos de los habituales a muchos suplentes que tienen ahora una gran oportunidad para hacerse notar de cara a que su entrenador cuente con ellos en la fase final. Uno de esos suplentes, y uno de los que más necesita hacer méritos ante Saunders que ha contado muy poco con él, es el argentino Walter Herrmann, que jugó 15 minutos y los aprovechó bien anotando 11 puntos y bajando 3 rebotes.
Hasta el último cuarto el partido había sido de Minnesota que llegó a tener 21 puntos de ventaja en el segundo cuarto, aunque los Pistons consiguieron reducirla a sólo 5 al descanso, gracias, entre otras cosas, a la gran labor de Herrmann, que anotó 9 puntos en el parcial de 22-6 que consiguió su equipo para dejar el marcador en 49-44.
Detroit no consiguió su primera ventaja en el marcador hasta que quedaban cuatro minutos de encuentro (84-83). Desde ese momento el marcador se movió en márgenes muy estrechos para uno y otro equipo hasta que Stuckey anotó por encima de Randy Foye el 90-88 para los Pistons a 45 segundos del final. A 15 segundos, con 92-90 en el marcador Stuckey falló el segundo tiro libre de los que disponía pero recogió su propio rebote lo que obligó a Minnesota a volver a hacer falta sobre él. Esta vez el base novato no falló y sus dos tiros libres elevaron al marcador el 94-90 final.
Jefferson con 26 puntos y Foye con 18 fueron los mejores de entre los jugadores de los Wolves. Prince con 15, Stuckey y Herrmann fueron los máximos anotadores de Detroit.
Chicago 92 Boston 106
Chicago no pudo con Boston y sus horas parecen estar contadas en esta temporada. A cinco victorias de Atlanta, que ocupa la octava posición, y con Indiana y New Jersey por medio, algo muy extraño tendría que ocurrir en las últimas jornadas para que los Bulls consiguieran entrar entre los 8 mejores. Boston volvió a demostrar que no es el líder de la liga por casualidad y que es un equipo sólido y con recursos.
Boylan planteó una defensa centrada en obstaculizar los movimientos de Kevin Garnett, pero las continuas ayudas sobre su cuatro permitieron a los jugadores de Boston encontrar una y otra vez posiciones abiertas para sus tiradores exteriores que castigaron a su rival con 14 triples, anotados con un 56% de efectividad. Garnett vio limitadas sus oportunidades de lanzar a canasta pero aun así se fue a los 20 puntos, mientras que Pierce hacía 17 y Allen se iba hasta los 22 con 5 triples de 7 intentos. El jugador de Carolina además realizó como siempre un grandísimo trabajo defensivo y colocó 4 tapones a sus rivales.
Chicago no pudo contar con Drew Gooden para el encuentro y aunque su sustituto, Tyrus Thomas, realizó un gran partido y fue el máximo realizador de su equipo con 24 puntos, la ausencia de Gooden se notó especialmente en las dificultades de los Bulls en la lucha por los rebotes que se decantó claramente hacia el equipo visitante (45-33). A Thomas le acompañó en anotación el 'Chapu' Nocioni, mucho más centrado en los últimos encuentros, que se fue hasta los 19 puntos en los 23 minutos que disputó.
Boston controló el partido desde el principio pero no consiguió romper el marcador hasta casi el final. Los Bulls intentaron una y otra vez sin éxito tomar la iniciativa. Su último intento de acercarse en el marcador se produjo a cuatro minutos del final cuando Hinrich intentó una bandeja que hubiera puesto a su equipo a 6 puntos. Pero el base falló y a continuación Posey y Allen anotaron sendos triples que pusieron el luminoso en 101-87 sentenciando el encuentro.