JORNADA NBA / playoffs 2013 (finales este)

Miami se proclama campeón del Este y defenderá título ante San Antonio

LeBron James lidera la ofensiva de Heat con la ayuda de un mejorado Dwyane Wade

La defensa local ahoga a unos Pacers que se deshacen en el séptimo encuentro

hispanosnba.com |

LeBron James superó a Paul George y lideró el triunfo de su equipo (Zuma Press/Icon SMI)

No hubo color. Las Finales del Este apuraron sus 7 encuentros, pero en el último los vigentes campeones, Miami Heat, no dieron opción alguna al equipo aspirante, los pujantes Pacers de Indiana. LeBron James y Dwyane Wade impusieron su ley.

James demostró por qué es, hoy por hoy, el mejor jugador del mundo y Wade dio el paso al frente que todos le pedían, cobrando el protagonismo que él mismo reclamaba. Con 32 y 21 puntos, las dos grandes estrellas de Heat ejercieron como tales. La memorable defensa local hizo el resto.

Miami rompió el partido en el segundo cuarto con un gran Ray Allen desde el triple, se fue al descanso con un claro 52-37 y ya no flaqueó hasta el final.

Los Pacers se ahogaron cuando ya llegaban a la orilla. Hicieron una espectacular temporada, pero este séptimo y definitivo choque demostró que es un equipo todavía por completarse aún siendo ya grande. En ningún momento se vio a los de Frank Vogel con opciones de triunfo. La situación les desbordó y nada pudieron hacer ante el poderío Heat. Las 15 pérdidas de balón que cometieron en la primera parte les mataron.

Al final, triunfo comodísimo de Miami para ganar las Finales del Este por 4-3, proclamarse campeones de conferencia y defender título de la NBA a partir del jueves ante Spurs

Miami 99 Indiana 76 (4-3)

Llegado el momento de la verdad, la experiencia y la hechura de equipo pesaron sobremanera en el lance definitivo. Alcanzada la muerte súbita, Miami enarboló la bandera de campeón, mientras que Indiana se difuminó desde muy temprano para arriar la bandera de aspirante. Se puede decir sin temor a equivocarse que a Heat el partido le vino como anillo al dedo y a Pacers les quedó el compromiso demasiado grande.

Eso no quita mérito al temporadón que han hecho los jugadores de Vogel, pero es que el encuentro de esta noche eran palabras mayores, y a Indiana aún le queda por dar el paso definitivo para transformarse de un gran equipo a un equipo campeón.

Además, estaba el ambiente claro. Un ambiente demoledor. Porque el AmericanAirlines Arena se vistió en modo gran ocasión y rugió como si en Florida el frío invitara a quemar calorías.

También estaba la estadística. Otro elemento que jugaba a favor de los locales, que llevaban sin perder 2 partidos consecutivos desde principios de enero. Y luego estaba LeBron James. Bueno, en realidad, LeBron era el primer elemento de todos, la clave original, la auténtica llave del triunfo. Si a eso le añadimos el reencuentro de Wade con su instinto ganador… pues parecía claro que no se le podía escapar la victoria al equipo de Erik Spoelstra.

Para empezar, hay que decir que Miami defendió de modo excelso. Tapó de forma sobresaliente cualquier intento de los visitantes de hacer daño en la pintura. Con una intensidad demoníaca, Heat cerró su aro tanto al tiro cercano de Indiana como a su rebote ofensivo. Además, la defensa de agresivas ayudas del equipo local provocó un goteo incesante de pérdidas de balón. ¡Hasta 15 al descanso!. Perdiendo 15 balones en la primera parte a pocos sitios se puede ir.

El primer cuarto había acabado con un 19-21 a favor de Indiana que movía a cierto optimismo a la hora de pensar que tendríamos noche igualada. James apenas había tirado, dejando el papel protagonista a un Wade más activo y aun Chris Bosh mucho más intenso en el rebote, pero igualmente desafortunado en el tiro que otras noches. Finalizó el cuarto con un horrible 1 de 8 en el lanzamiento. Chris Andersen había fallado su primer tiro de la serie final y la defensa de Pacers había funcionado, con Paul George a buen nivel general y Lance Stephenson ayudando en ataque. Este cuarto fue lo único positivo que hizo en toda la noche George, ¡que en los 3 siguientes sumó 2 puntos y 1 rebote!.

La desaparición de George fue capital para el hundimiento de los suyos. Porque no sólo fue en ataque. En el segundo cuarto, George también desapareció en defensa, como todos sus compañeros. Indiana encajó 20 puntos en los primeros 6 minutos del cuarto. Una burrada. Parcial de 20-8 para un 39-29 preocupante para Indiana. Pero la cosa fue a peor.

Miami se escapó en el marcador merced a un cuarto triunfal de Ray Allen. Los viejos rockeros son así. Allen sólo apareció en unos minutos, pero fueron los cruciales. Metió 3 triples en el segundo cuarto y contribuyó a la escapada de los suyos, que alcanzaron la máxima ventaja de la primera parte justo al llegar al descanso: 52-37 tras un parcial en el cuarto de 33-16.

LeBron sumaba ya 18 puntos, Wade era su perfecto escudero, escudero de lujo, y Allen se había convertido en un factor X demoledor. Por si fuera poco, el hasta entonces apocado Chris Bosh se había desatado en el rebote para hacerse con 8 rechaces llegado el intermedio.

Indiana había perdido 15 balones, lo que le había llevado a tirar 15 veces menos que el rival. El equipo visitante había sido incapaz de meter balones interiores a Roy Hibbert, que además se había metido en problemas de fatas. David West era el jugador más acertado en la anotación, pero había perdido ya 5 balones. Y con ese peligroso 52-37 afrontaron los visitantes una delicada segunda parte.

El tercer cuarto comenzó con un prometedor triple de George Hill y con un balón interior para Hibbert, que estuvo muy efectivo con lo poco que cayó en sus manos. Los Pacers mejoraron en ataque, pisaron más la pintura, pero ni por esas recortaban.

Y entonces llegó el despegue definitivo. Un 2+1 de Wade y unos libres de James estiraron el luminoso hasta un 66-49 a 5 minutos del final del cuarto. Miami estaba defendiendo con una intensidad aterradora, LeBron y D-Wade funcionaban en la ofensiva.

Wade se encendió y empezó a arengar desde la pista a una grada enloquecida. Hasta Mike Miller andaba por los suelos tras el balón como si tuviera espalda. Y el frenesí del cuarto alcanzó su máximo apogeo con un final al que llegaron los Heat con 21 de ventaja. De nada había servido a Pacers parar su sangría de pérdidas. Porque su ofensiva seguía siendo raquítica, la pintura local seguía cerrada a cal y canto y nadie podía frenar a la pareja James-Wade.

Con 21 puntos de ventaja, el último cuarto sobró. Fue demasiado castigo para unos Pacers que no merecían acabar así. Afortunadamente, cuando todo apuntaba a una ventaja de más de 30 puntos, Miami detuvo su instinto asesino.

La fotografía del partido era clara. Rostros de pesadumbre en el banquillo visitante, LeBron alcanzando los 30 puntos, éxtasis en la grada y eliminación por faltas de Paul George a 7:43 del final con sólo 7 puntos y 7 rebotes en su haber. Se abrazó a todos. Sonaba a despedida. Era la despedida. Se acababan los playoffs para George e Indiana.

El American gritaba “MVP, MVP” a LeBron James, que fue cambiado en loor de multitudes. Luego, le tocó el turno a un también triunfal Wade. Los últimos minutos fueron apoteosis local y puro suplicio visitante. Desde luego, sobró ese lío final a falta de 2 minutos, una tángana que acabó con la doble expulsión de Norris Cole y Jeff Pendergraph.

Ganaba por 23 Miami con 32 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias de James y 21 tantos con 9 rebotes de Wade. En Indiana, Hibbert hizo una buena segunda parte para maquillar estadística (18 tantos y 8 rebotes) y West finalizaba con 14 puntos y 6 rebotes.

Noche feliz en Miami para Heat, que vuelve a quedar campeón de la Conferencia Este y tendrá opción así de defender título. Comenzará a hacerlo el jueves. El rival, unos descansados Spurs.