JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera ronda Este

Boston no da opción a Atlanta en el séptimo partido

Unos Celtics enrabietados dejan a los Hawks en 43 puntos al final del tercer cuarto

Horford y sus compañeros no llegaron al 30% de tiro de campo

hispanosnba.com |

Los Hawks quedaron lejos de dar la gran sorpresa con la que soñaban. Los Celtics cumplieron los pronósticos y vencieron de forma holgada (99-65) al equipo de Atlanta que se vio impotente ante el despliegue de juego de los líderes de la temporada regular. Los de Massachusets esperan ahora a los Cavaliers de LeBron James con los que  tendrán su primer encuentro el martes en el Garden.

La eliminatoria entre los Hawks y los Celtics ha resultado un tanto extraña. Se podría decir que ha estado presidida por una desigual igualdad, con cambio total  de decorado según el escenario fuera Atlanta o Boston. Los dos equipos hicieron de su cancha un fortín, ganando todos los partidos en que ejercieron como anfitrión, pero mientras los partidos en Atlanta fueron igualados y no se decidieron hasta los últimos instantes, los celebrados en Boston han sido un paseo militar para los locales que se han impuesto con diferencias que han oscilado entre los 19 puntos del segundo partido y los 34 del disputado, poco disputado en realidad, anoche.

Los jugadores de Boston salieron decididos a acallar a todos aquellos que habían puesto en duda su labor ante el equipo teóricamente más débil de entre todos los clasificados para la fase final. Salieron con rabia y esa rabia, producto del orgullo herido, les permitió jugar su mejor baloncesto en ataque y, sobre todo, en defensa, aunque a algunos jugadores les costó entender que esa rabia no tenía ya sentido una vez doblegado el rival.

Tres minutos de igualdad

Casi no hubo partido en el Garden. Atlanta se adelantó a los 17 segundos con un triple de Joe Johnson y obtuvo así la que fue su mayor y única ventaja del encuentro. Los locales salieron un poco fríos pero aun así les costó sólo 2 minutos dar la vuelta al marcador y una vez que entraron en calor sólo se vio a un equipo sobre la pista. Los hombres de Doc Rivers desplegaron una defensa asfixiante sobre un equipo rival que no parecía creer que sus posibilidades de clasificación fueran reales.

Al final del primer cuarto los Celtics ya dominaban con comodidad (27-16) y se fueron al descanso con una ventaja aún mayor, 44-26, tras dejar a los Hawks en sólo 10 puntos en el segundo periodo. Los jugadores de Atlanta no encontraban la forma de penetrar la densa y pegajosa defensa bostoniana y su ataque se llenó de tiros atolondrados con una bajísima eficacia. Anotando 26 puntos en 24 minutos el futuro de los Hawks parecía poco halagüeño y el desarrollo de la segunda mitad no hizo otra cosa que confirmarlo.

Los Celtics salieron del vestuario con intención de agrandar aún más la brecha y empezaron a hacerlo. 7-2 era el parcial en los tres primeros minutos de la reanudación para los locales, cuando se produjo la jugada que dio por terminado el encuentro. Marvin Williams falló un tiro, Pierce capturó el rebote y lanzó un rápido pase a Rajon Rondo que salía en carrera completamente solo hacia la canasta contraria. Williams le persiguió y cuando Rondo saltaba para anotar, le enganchó con el brazo a la altura del pecho en un movimiento a medias entre golpe y abrazo fallido que provocó que el base local cayera malamente sobre su espalda y quedara tendido en el suelo. Fue una entrada fea, innecesaria e impropia de un jugador cuya fama se aleja mucho de la de sucio o marrullero. Todo parece indicar que la frustración y la impotencia ante el devenir del encuentro impidieron medir al joven alero el ímpetu de su acción.

Tras revisar el vídeo de la jugada, los árbitros expulsaron a Williams, que se retiró cabizbajo al vestuario en medio de los abucheos del público. La acción terminó de hundir la poca moral de los de Atlanta y encendió los ánimos de los locales que apretaron aún más y empezaron incluso a gustarse en el ataque y buscar la espectacularidad en sus acciones. El tercer cuarto terminó con un parcial de 35-17 y un 79-43 en el marcador que convirtió el trámite obligado del último cuarto en un via crucis para los jugadores de Atlanta que, con los brazos bajados hace tiempo, sólo deseaban que aquello terminara para poder refugiarse en el vestuario.

Garnett y el saber ganar

Si hay algo que reprochar a los jugadores de Boston en el partido de ayer, al menos a algunos, fue su actitud en la victoria. Los desplantes y los gestos desafiantes, propios de la tensión de un partido importante como el de ayer, no tenían ya sentido una vez que los Celtics dominaban por más de 30 puntos, pero algunos jugadores no supieron parar. Entre estos destacó Kevin Garnett, grandísimo jugador a quien la soberbia y la arrogancia traicionan con cierta frecuencia.

Ayer Garnett se prodigó en gestos que no buscaban ya otra cosa más que la humillación del rival y es que tal vez, por su propio carácter y por ser el líder del equipo, su orgullo era el que estaba más herido antes del inicio del partido. A 3 minutos del final del tercer cuarto Garnett realizó un mate a pase de Pierce para poner a  Boston 36 puntos arriba y a continuación dedicó un antideportivo gesto al rival pasando su mano por el cuello en señal de degollación. Algo que no venía a cuento y que probablemente le costará una multa por parte de los responsables de la liga.

Poco después cometió una dura falta en ataque en un bloqueo innecesario a Pachulia en el campo defensivo de los Celtics, derribándolo al suelo y provocando un leve altercado entre los jugadores de ambos conjuntos. Tras esta última acción, Doc Rivers, con buen criterio, decidió sentarle. Su equipo ya no lo necesitaba y su actitud en el campo sólo podía provocar el calentamiento de un partido que estaba decidido y que algún jugador, empezando por el propio Garnett, acabase expulsado en el vestuario con el consiguiente perjuicio de cara a la eliminatoria ante Cleveland.

Pierce y Garnett los mejores dentro del esfuerzo colectivo

Garnett había sido hasta entonces el mejor de su equipo, 18 puntos y 11 rebotes, junto a Pierce, 22 y 8. Ray Allen, sin embargo, se mostró apagado y terminó con sólo 7 puntos y una mala serie de 3 de 12, incluido un 1 de 5 en los triples, que fueron el único punto débil de los Celtics (3 de 18). Rondo, Powe y Perkins, también alcanzaron los 10 puntos o más. Especialmente buena fue la labor de Perkins que capturó 10 rebotes, puso 5 tapones y realizó una gran labor defensiva sobre los jugadores interiores de Atlanta.

En Atlanta, Joe Johnson anotó 17, pero su acierto en el tiro (5 de 17)  no fue mejor que el de sus compañeros que en conjunto terminaron con un lamentable 29%. El dominicano Horford peleó como siempre, con poca fortuna esta vez, y terminó con 8 puntos (3 de 12) y 12 rebotes tras ser el jugador que más tiempo permaneció en la cancha, 44 minutos. Josh Smith, cuyas destacadas actuaciones habían sido una de las claves de las victorias de Atlanta en la serie, se quedó en sólo 7 puntos y Mike Bibby contribuyó con su deriva a acrecentar la de sus compañeros y finalizó con 2 puntos y 2 asistencias tras lanzar sólo 3 veces a canasta en un partido que sin duda preferirá olvidar cuanto antes.

El martes Boston comienza su eliminatoria de semifinales de conferencia ante Cleveland y tendrá una nueva oportunidad para intentar disipar las dudas surgidas sobre su capacidad para refrendar en la fase final la gran campaña realizada en temporada regular.

Boston Celtics 99 Atlanta Hawks 65 (4-3)
BOSTON: Rondo (10), R.Allen (7), Pierce (22), Garnett (18), Perkins (10) -cinco inicial- Posey (6), Powe (12), Brown (2), T.Allen (4), House, Davis (6) y Cassell (2).
ATLANTA: Bibby (2), Johnson (16), Williams (7), Smith (7), Horford (8) -cinco inicial- Childress (6), Law, Stoudamire (10), Jones (2), Pachulia (7), Richardson y West.
Parciales: 27-16, 17-10, 35-17 y 20-22.